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Los Evangelios de la Biblia y el Mormonismo

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Los Evangelios de la Biblia y el Mormonismo

Por qué el cristianismo es verdadero pero el Mormonismo no, Parte 11

The Return of the Prodigal Son by Rembrandt ca.1669

Rembrandt, El Regreso del Hijo Pródigo, 1660s
Rembrandt, El Regreso del Hijo Pródigo, 1660s

El corazón del evangelio bíblico es el amor de Dios mostrado para con nosotros en Jesucristo, su único Hijo eterno y divino, quien por su muerte y resurrección libra de todo pecado a los que confían solo en él para su salvación (Juan 3:16; Romanos 3:21-26; 5:1-6:23; 1 Corintios 15:1-5; Hebreos 2:9-18; 1 Pedro 2:21-25). Este evangelio se encamina entre dos extremos: el universalismo (todos, o casi todos serán salvos) y las obras de justicia (solo aquellos que alcanzan cierto nivel de bondad personal serán salvos). El mensaje bíblico equilibrado no enseña ni el legalismo (tratar de ganar la aprobación de Dios siguiendo estrictamente reglas externas) ni la licenciosidad (afirmar que la gracia significa un permiso para pecar sin consecuencias). El Nuevo Testamento rechaza ambos extremos; enseña que la salvación es un don gratuito de Dios, recibido solamente a través de una fe humilde y arrepentida, con buenas obras como resultado (Efesios 2:8-10; Tito 3:4-8).

Salt Lake Temple Baptismal Font

Pila Bautismal del Templo de Salt Lake, de James Talmage, La Casa del Señor (1912)
Pila Bautismal del Templo de Salt Lake, de James Talmage, La Casa del Señor (1912)

El mormonismo afirma algunos elementos del evangelio bíblico, como lo son la muerte y resurrección de Jesús. Sin embargo, enseña una mezcla única de casi-universalismo (prácticamente en cierto sentido todo el mundo será “salvo”) y obras para la salvación (para ser completamente salvo y tener vida eterna en la presencia de Dios se requiere cumplir con varias obligaciones religiosas). Por un lado, el mormonismo enseña que casi todo el mundo va a disfrutar de la inmortalidad en uno de los tres reinos celestiales—aún mucha de las personas quienes rechazan a Jesucristo en esta vida. Hay un lugar de castigo eterno en la teología mormona, pero está reservado esencialmente para los que se hicieron mormones y tenían un “testimonio” de que la iglesia SUD era verdadera pero luego la dejaron y se volvieron apóstatas.

Por otro lado el mormonismo afirma, que para vivir en el reino celestial más alto, donde vive Dios, una serie de obligaciones religiosas deben cumplirse. Estas incluyen el ser bautizado en la iglesia SUD (o aceptando después de la muerte el bautismo de un mormón a nombre de uno), aceptar a José Smith y la iglesia SUD, el sacerdocio mormón, dar diezmo (10% de su ingreso) a la iglesia SUD y adherirse a tabúes mormones—la “palabra de sabiduría” que prohíbe tomar café y té, entre otras cosas. Estas enseñanzas sobre la salvación están muy alejadas de la salvación que enseña el Nuevo Testamento, según la cual el perdón, la relación restaurada con Dios y la vida eterna son dones gratuitos de la gracia de Dios, recibidos sólo por la fe en Cristo. En resumen, el evangelio mormón con su salvación para casi todos, la exaltación a la divinidad para los más fieles y trabajadores mormones- es un evangelio falso, contrario al evangelio de la gracia del Nuevo Testamento.

Nuestra página de Salvación (solo en ingles por ahora) proporciona enlaces a una variedad de recursos sobre la salvación, incluyendo algunos artículos cortos sobre la visión mormona de la salvación, la fe y las obras, y el cielo y el infierno. Los Principios del Evangelio y la Biblia (en inglés) es una serie de más de cincuenta artículos que cubren todos los aspectos de la creencia mormona, con artículos sobre temas relacionados con la salvación como la fe, el arrepentimiento, el bautismo, la gracia, las obras, la palabra de la sabiduría, el juicio, los tres reinos celestiales y la exaltación. Hay algunos artículos de este serie traducidos al español aquí – Principios del Evangelio y la Biblia

Para un resumen de las doce razones con enlaces a artículos sobre cada uno, vea el artículo principal, Por qué el cristianismo es verdadero pero el mormonismo no: una docena de razones.