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Cambios en las Ceremonias del Templo Mormón

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Cambios en las Ceremonias del Templo Mormón

Traducción y adaptación al español por Joel B. Groat

La ceremonia del templo fue introducida por primera vez por José Smith en 1842. Fue presentada como algo sagrada que había venido directamente de Dios, y como tal se creía que nunca sería sujeta a cambios (Tanner, p.10). La otra cosa que se creía por los mormones fieles era que Dios protegería el contenido de la ceremonia del descubrimiento de los que no eran “dignos” o sea los que no eran mormones o los santos de los últimos días que no eran suficientemente fieles. 

"El intento de tal publicación no ha sido poner en ridículo las creencias tan preciosas de muchos mormones, sino poner a la luz las ceremonias que revelan el carácter pagano y no cristiano del mormonismo."

Sin embargo, tras los años la ceremonia se ha visto varios cambios substanciales, y el contenido de la ceremonia ha sido publicado varias veces. El intento de tal publicación no ha sido poner en ridículo las creencias tan preciosas de muchos mormones, sino poner a la luz del día ceremonias que revelan el carácter pagano y no cristiano del mormonismo. Muchas personas sinceras han ido al templo, esperando encontrar ritos sagrados con un enfoque en adorar a Dios. Más bien, han encontrado ritos copiados de rituales masónicos, con juramentos y castigos sangrientos contra los que atreven revelar lo que han visto y escuchado.

Lo que sigue es un resumen de los cambios que se han hecho. Los detalles están documentados en el libro Evolution of the Mormon Temple Ceremony 1842-1990 por Jerald y Sandra Tanner, y las páginas indicadas se refieren a este libro. Una copia del libro entero está disponible de Utah Lighthouse Ministry, 1350 South West Temple, Salt Lake City, Utah 84115, o del Institute for Religious Research (Instituto de Investigaciones Religiosas), 550 West Street, Cedar Springs, MI 49319.

José Smith — Masón

Lo que muchas personas no saben hoy día es que poco antes de revelar los ritos del templo, José Smith se hizo masón, recibiendo los primeros tres grados de la masonería el 15 y 16 de marzo de 1842. Menos de dos meses después él reveló la ceremonia de investidura del templo mormón. Los que reconocían la similitud entre lo masónico y los ritos mormones quejaron amargamente que José Smith se había aprovechado de su membresía en los masones. José Smith, no pudiendo negar la gran similitud, dijo que él había restaurado los ritos a su forma pura, usando la misma lógica que empleó cuando dijo que el mormonismo era una restauración de lo que se había perdido del evangelio cristiano.

Cuales Son Los Cambios?

En corto, los cambios son mayormente cosas que han sido quitadas de la ceremonia por una razón u otra. Esto si es algo extraño, pues la idea de recibir revelación de Dios en el mormonismo implica añadir conocimiento nuevo. Por esto dicen que tienen un profeta vidente, para darles nueva información. Pero al ver las supuestas revelaciones de los profetas mormones, veamos que casi siempre es para revocar o quitar algo que Dios anteriormente ha revelado. Así paso con la revelación en 1890 y 1900 en cuanto a la poligamia. Aunque José Smith y Brigham Young, además que otros líderes mormones, dijeron que la poligamia seria una ordenanza eternal, cuando hubo grande presión del gobierno de los estados unidos, esta ordenanza fue “suspendida” indefinitivamente.

Cuando la política de la iglesia mormona en cuanto a los negros y el sacerdocio llegó a un punto extremo de presión, y la iglesia mormona se veía racista por su posición de no permitir ninguna persona de color tener la autoridad y el poder del sacerdocio, otra vez llegó una “revelación” quitando una restricción que supuestamente había venido directamente de Dios.

Lo mismo ha pasado con las ceremonias del templo. Lo que ha cambiado tiene que ver principalmente con lo que se ha quitado, cosas que mormones y otras personas percibieron como ofensivas y no cristianas. Lo que sigue es un resumen de los cambios más importantes. Las fechas para los cambios no son exactas siendo que cambios muchas veces aparecen sin notificación anterior. También, no hay una trascripción de ceremonias que cubre cada ano. Lo que sí hay son descripciones o transcripciones de la ceremonia para los anos 1846, 1931, 1984 y 1990.

Ceremonia de 1846-1931

Los elementos que causaron lo más grande estorbo fueron las señas y sus castigos que acompañaban diferentes partes de la ceremonia. Cada participante juraba no revelar la seña que se le iba a mostrar, y consentían que si llegaren a revelar esa seña se ponían dé acuerdo con un castigo.

Las Señas y la Descripción del Castigo (Tanner, pp. 16-18)

Por ejemplo, la seña del castigo por revelar la primera señal del Sacerdocio Aarónico era poner su mano derecha, palma para abajo, a su garganta con el dedo pulgar debajo de la oreja derecha. Entonces se decía, “Nosotros, y cada uno de nosotros, hacemos convenio y prometemos que no revelaremos ninguno de los secretos de este, la primera señal del sacerdocio Aarónico, con su nombre, seña y castigo que lo acompaña. Si lo hacemos, nos ponemos de acuerdo que nuestras gargantas sean cortadas de oreja a oreja y nuestras lenguas sean arrancadas por sus raíces.” Al terminar de hablar estas palabras se movía la mano derecha de un lado al otro tras la garganta en un movimiento rápido, y las manos se dejan caer a su lado.

La segunda señal del sacerdocio Aarónico tiene un juramento similar. Cada persona se pone la mano derecha en su hombro izquierdo con el dedo pulgar extendido. Luego se jura que si se revela este secreto, “nos ponemos de acuerdo que se nos corte abierto nuestros pechos, y que se arrancan de nuestros cuerpos nuestros corazones y órganos vitales y que estos sean dados a los pájaros del aire y las bestias del campo.” Al terminar este juramento se mueve la mano derecha tras el pecho en un movimiento rápido de izquierda a derecha, luego dejándolo caer a su lado.

Luego se progresa a la primera señal del sacerdocio de Melquisedec. Otra vez se hace el juramento de no revelar el secreto y cada persona pone ambos manos en frente de su estomago diciendo, “nos ponemos de acuerdo que nuestros cuerpos sean cortados en dos por el medio y que nuestras entrañas se derramen a borbotones.” Al completar este juramento las manos van al centro del estomago y se las mueven rápidamente del centro hacia a fuera, luego se dejan caer a su lado.

Estos juramentos sangrientos se hacían por cada persona cada vez que pasaban por los ritos del templo. Fueron comprobados en el caso jurídico de Reed Smoot, Apóstol Mormón, cuando el Sr. Wallis, y la Sra. Annie Elliot testificaron respeto a esto juramentos. Para ver una copia de la trascripción de su testimonio vea páginas 18 y 21 en Evolution ... por los Tanner. Eran casi idénticas a los juramentos hechos por los masones en sus templos (p. 20).

Los Cinco Puntos de Hermanar (Tanner, p. 29)

Al final de la ceremonia el solicitante que pasaba por los ritos tenía un encuentro climático. Un velo grande separaba el solicitante de un hombre al otro lado quien representaba a Dios. Por el velo había cortes en la tela y marcas masónicas. El iniciante tenia que recibir la última encantación secreta mientras asumía una posición llamada “los cinco puntos de hermanar.” El participante y el “Señor” al otro lado del velo tenían que tocarse en cinco puntos de contacto que son (1) pie derecha a pie derecha, (2) rodilla a rodilla, (3) pecho a pecho, (4) mano izquierda en la espalda del otro, y (5) boca al oído del otro. En esta posición el “Señor” tras el velo decía al iniciante, “Esta es la seña del señal: ‘Salud para el ombligo, medula en los huesos, fuerza en los lomos y tendones, y poder en el sacerdocio sea sobre mi y mi posteridad por todas las generaciones del tiempo y por toda la eternidad.’” Después, el iniciante repite esta seña al Señor, y al hacerlo correctamente, es permitido pasar al otro lado del velo que significa vida eterna.

Juramento para vengar la muerte de José Smith (Tanner, p. 22)

Además de esto sé hacia también un juramento de vengar la muerte de José Smith y enseñárselo a sus hijos y sus hijos hasta la tercera y cuarta generación.

Este juramento de venganza personal fue cambiado en el 1914 a una petición que Dios vengara la muerte de los profetas. Recibió atención del gobierno de los EE.UU. que lo veía casi como un acto de traición, y para el año 1937 fue eliminado por completo de la ceremonia del templo.

Poniendo en Ridículo a Ministros Protestantes (Tanner, p. 32, 79-80)

Otra parte de la ceremonia retrataba a los ministros evangélicos como empleados de Satanás para engañar a la gente. Durante la ceremonia un hombre, en vestidura de ministro, aparece en la escena. Luego entra otro hombre tomando el parte de Satanás. Satanás le ofrece al pastor dinero para que este predique su mensaje a las personas, y el pastor lo acepta.

La Ceremonia de 1984

En el 1984 apareció otra copia de la ceremonia del Templo y allí se noto unos cambios en cuanto a las señas y los castigos para los que revelaren los secretos del templo. En la versión del 1984 habían quitado las palabras que describían como seria el castigo. Ya los que iban al templo no tenían que decir que se le iba a cortar la garganta, o derramar su sangre, pero si todavía hacían la seña del castigo con las manos. O sea, sin hablar se mostraba con las mismas señas como sería el castigo, cortar la garganta, cortar y abrir el pecho para arrancar el corazón, y cortar el estomago para derramar las entrañas. Aun sin decir las palabras, estas muestras inquietaban a muchos, hasta haciéndoles tan incomodo que nunca volvieron al templo.

Todavía se usaban los cinco puntos de hermanar a la conclusión de la ceremonia, aunque había mujeres solteras que resultaban muy incómodas teniendo que asumir una posición tan intima con un hombre que no conocían.

Otro elemento perturbante de la ceremonia de 1984 era un juramento de obediencia que hacían las mujeres a sus esposos. Las mujeres tenían que prometer obedecer la ley de sus esposos. Sin hacerlo no podían tener vida eterna.

La ceremonia del 1984 todavía retrataba a los ministros evangélicos como empleados de Satanás.

La Ceremonia del 1990

Los que fueron a los Templos mormones en abril de 1990 salieron con grande asombro. Los líderes de la iglesia habían introducido cambios grandes en la ceremonia del templo, quitando secciones completas de esta ceremonia.

  • Todo lo referente al pastor o ministro sectario/evangélico fue quitado de la ceremonia (p. 79-80)
  • Una lectura grande (y decían algunos muy aburrido) llamada “la lectura ante el velo” fue eliminado por completo (p. 37, 98-100).
  • Toda referencia a los castigos por revelar los secretos del templo fue eliminada, y las señas de como sería el castigo también fueron quitadas por completo (p. 89-90, 93)
  • Los cinco puntos de hermanar ya no se usan en el velo. Ahora solo se pone la mano izquierda en el hombro derecho de la otra persona (p. 96, 103)

Para muchas personas estos cambios mejoran mucho la ceremonia, pues quitan algunas cosas de apariencia pagana que inquietaban a los que participaban en las ceremonias. Pero también fomentan dudas en las mentes de los que creían que las ceremonias del templo fueron dadas directamente de Dios por revelación al profeta José Smith. ¿Vaya Dios a cambiar su revelación por causa de opinión público?

Tal vez lo más inquietante es el contenido general de la ceremonia y su propósito de hacer de los mormones dioses. ¿De donde originó todo esto? No hay nada al parecido ni en el Antiguo ni el Nuevo Testamento. ¿Porque imita tanto a los ritos masónicos? Para muchas personas, los cambios en la ceremonia de templo indican fuertemente que el mormonismo es el invento de un hombre muy creativo y muy carismático, pero invento de todos modos. Para los que aman a Dios y quieren seguir en los pasos de Jesucristo, no hay que meterse en ritos secretos de apariencia pagana para tener la aprobación de Dios y ganar la vida eterna. Más bien, perdón de los pecados, salvación del alma y una eternidad con nuestro Padre Celestial es un regalo que recibimos por fe en Jesucristo, pues su muerte en la cruz pagó por completo la deuda de pecado que tenemos todos ante Dios.