Menu
Map
Para los cristianos evangélicos y protestantes, la enseñanza de Jesucristo es la fuente de nuestro conocimiento en cuanto a cuáles libros constituyen la Escritura. Jesús aceptó claramente como Escritura el mismo grupo de libros que los fariseos, precursores del primer siglo de los rabinos del judaísmo rabínico. Ese grupo de libros es lo que los Protestantes reconocen como el Antiguo Testamento. Todos los cristianos ortodoxos también aceptan como Escritura aquellos libros que fueron escritos por los apóstoles a quienes Jesús escogió para que hablaran por él, así como los libros escritos por los letrados colaboradores de los apóstoles (como es el caso de Marcos y Lucas).
Ningún libro o parte de algún libro que fuera aceptado como Escritura por judíos o cristianos en el primer siglo ha sido jamás removido de la Biblia por cristianos posteriores. Los llamados “libros perdidos de la Biblia” nunca estuvieron en la Biblia para empezar, y nunca fueron considerados como Escritura por la mayoría de los judíos o cristianos. Este término usualmente hace referencia a fuentes mencionadas en el Antiguo Testamento que estuvieron perdidas pero que nunca formaron parte de los libros del Antiguo Testamento o a libros que nunca estuvieron perdidos pero que algunas personas consideran tan importantes como los libros de la Biblia. En pocas palabras, los llamados “libros perdidos” de la Biblia, o nunca estuvieron perdidos o nunca formaron parte de la Biblia. Por lo tanto, la Biblia no está “perdiendo” libro alguno que soliese ser aceptado como Escritura.
Con un sorprendente contraste, los tres extra-bíblicos “Libros Canónicos” de la religión mormona carecen de cantidades sustanciales de material. Las primeras 116 páginas del manuscrito de José para su traducción de las “las planchas de oro” (sobre las cuales se dijo que el Libro de Mormón había sido escrito) se perdieron y nunca fueron recuperadas. Las supuestas revelaciones modernas de la iglesia SUD, contenidas en la obra estándar Doctrinas y Convenios, no han sido tratadas como revelaciones divinas ni siquiera por los propios líderes de la iglesia. Secciones completas han sido removidas, especialmente Conferencias sobre la Fe, que fueron parte de D&C desde 1835 hasta 1921. Nuevos contenidos han sido añadidos a las secciones más antiguas para hacerlas armonizar con las cambiantes doctrinas y políticas de José Smith. Hasta algunas enseñanzas que aún aparecen en Doctrinas y Convenios, están en efecto anuladas, tal como la enseñanza de que Dios ordenó a los Santos practicar la poligamia. La “traducción” de José del Libro de Abraham, parte de los Libros Canónicos SUD y llamada la Perla de Gran Precio, nunca fue concluida. Joseph nunca tradujo nada de lo que él afirmó eran los escritos del patriarca José del Génesis en uno de los rollos de papiro que la iglesia SUD poseía.
Sobre el canon de la Biblia, vea especialmente los siguientes artículos:
Why Are Some Books Considered Scripture and Others Not?
Do We Have the Right Books in the Bible?
The Mormon View of the Canon of Scripture
Mormonism and Alleged “Lost Books of the Bible”
Sobre el material perdido de la supuestamente inspirada traducción de Joseph Smith de las placas de oro, vea “Las 116 páginas perdidas y el libro de Mormón” (sólo en inglés por ahora). Para una visión general del Libro de Abraham y los papiros, vea “Diez preguntas y respuestas sobre el Libro de Abraham”. También tenemos un artículo general sobre Doctrinas y Convenios así como un artículo sobre los orígenes del sacerdocio mormón, examinando una alteración significativa de una de estas revelaciones.
Para un resumen de las doce razones, con enlaces a artículos sobre cada una, vea el artículo principal “Por qué el cristianismo es cierto, pero el mormonismo no: una docena de razones”.