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La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días tuvo su fundación en el Libro de Mormón. El relato increíble de como fue traducido de las planchas de oro por José Smith ha sido un punto central del proselitismo Mormón. Pero hoy, después de pasar muchos años desde que el Libro de Mormón supuestamente restauró las verdades fundamentales del cristianismo, ¿creen todavía los líderes mormones lo que el libro afirma doctrinalmente?
El Libro de Mormón y la doctrina mormona de hoy
Por ejemplo, el Libro de Mormón enseña:
Pero, al contrario, la doctrina mormona de hoy día enseña:
Los mormones también creen que hay millones de millones de estos dioses, cada cual ganó la deidad y formó de materia tierras sobre las cuales reinan. Los fieles hombres mormones esperan llegar a ser dioses, y anhelan fabricar y poblar sus propios mundos con la cooperación de sus esposas.
José Smith, el que dictó originalmente las palabras del Libro de Mormón, luego rechazó la enseñanza de que Dios es "inmutable de eternidad en eternidad" (Moroni 8:18). Al final de su vida anunció lo siguiente: "Hemos imaginado y supuesto que Dios fue Dios por todas las eternidades. Voy a refutar esa idea . . . en un tiempo fue hombre como nosotros" (Enseñanzas del Profeta José Smith, págs. 427,428).
Los dioses mormones de hoy, entonces, son plurales, no son espíritu, y no son inmutables como enseña el Libro de Mormón.
Además, el Libro de Mormón insiste que todos los hombres deben volver a nacer, "sí, nacer de Dios, ser cambiados de su estado carnal y caído. . . y así llegan a ser nuevas criaturas; y a menos que hagan esto, de ningún modo pueden heredar el reino de Dios" (Mosiah 27:25-26). También proclama que hay que haber "nacido espiritualmente de Dios . . . [y] experimentado este gran cambio en vuestros corazones" (Alma 5:14, énfasis añadido). En contraste, el mormonismo moderno insiste que el bautismo en agua es indispensable para poder nacer de nuevo. José Smith dijo: "Muchos dicen que el bautismo no es esencial para la salvación; pero esta clase de enseñanza pone los cimientos de su condenación," y José Fielding Smith escribió, "Sin bautismo no hay salvación" (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 447; Doctrinas de Salvación, Tomo II, pág. 151). No obstante, en el Libro de Mormón, el bautismo no es necesario para los niños ni para los gentiles ("aquellos que están sin ley") porque "para tal, el bautismo de nada sirve" (Moroni 8:11-13; 20-22).
También, el Libro de Mormón declara que sólo hay dos destinos para la humanidad: felicidad eterna o miseria eterna. Él que muere rechazando a Jesucristo recibirá aflicción eterna, y no tendrá otra oportunidad de arrepentirse. Tal persona será "echado en el fuego, de donde nunca más puede volver" y los que niegan el poder de Dios "tendrán que ir al lugar preparado para ellos, sí, un lago de fuego y azufre, que es tormento sin fin" (3 Nefi 27:11-17; 2 Nefi 28:23; Mosíah 3:24-27; Alma 34:32-35). En contraste, hoy el mormonismo cree que casi todas las personas disfrutarán algún grado de gloria, y que hasta los que han muerto podrán ser rescatados de la "prisión espiritual" cuando los que todavía viven efectúan bautismos vicarios por ellos.
Así es que las doctrinas principales del mormonismo de hoy tienen poco que ver con las enseñanzas del Libro de Mormón. Otros cambios doctrinales importantes que requieren discusión tienen que ver con la naturaleza de Dios, la oración, la poligamia, la autoridad, etc., pero el espacio no nos permite hacerlo aquí.*
¿Un producto del siglo xix?
Aunque el liderato mormón presta poca atención a la teología del Libro de Mormón, los eruditos de la fe han tratado de usar la arqueología americana para dar al libro la apariencia de que proviene de la antigüedad. Sus esfuerzos han sido tan celosos que el Instituto Smithsonian tuvo que publicar una carta en la que niega haber usado el Libro de Mormón como guía para su obra arqueológica.
Aunque los mormones han intentado establecer el Libro de Mormón como una producción antigua, sus esfuerzos han sido contrarrestados por un aumento de evidencia indicando que el libro es en realidad una obra ficticia producida en el siglo XIX. Dos estudios en particular apoyan la conclusión de que el Libro de Mormón es de origen humano.
Descubrimientos de una autoridad general
El primero de estos estudios consiste de dos manuscritos compuestos cerca del año 1922 por la Autoridad General mormona y defensor de las doctrinas mormonas, Brigham H. Roberts. Es sorprendente encontrar este defensor de la fe mormona argüir inexorablemente que José Smith bien pudo haber escrito el Libro de Mormón él mismo. Sólo recientemente ha permitido la familia de Roberts una inspección seria de estos dos manuscritos, los cuales han estado en su posesión desde la muerte de Roberts en el año 1933. Ahora han sido publicados en un libro titulado Studies of the Book of Mormon (Estudios del Libro de Mormón), editado por el profesor mormón Brigham D. Madsen (publicado por University of Illinois Press, 1985, y por Signature Books, 1992).
Roberts plantea cuatro puntos principales en su estudio de 375 páginas. En su primer manuscrito, "Book of Mormon Difficulties" ("Dificultades en el Libro de Mormón") él observa que los relatos del libro acerca de los Americanos antiguos no concuerdan con lo que sabemos de ellos a través de investigaciones científicas recientes. El Libro de Mormón los representa como personas con una cultura al nivel de la Edad de Hierro, mientras que la arqueología ha demostrado que cuando el hombre blanco llegó, estas personas habían avanzado solamente al nivel de la Edad de Piedra, quizás un poco pulida (Studies, págs. 107-112).
B. H. Roberts encontró que la situación se complicó aún más por la declaración del Libro de Mormón de que los colonizadores originales llegaron al Nuevo Mundo cuando éste no tenía habitantes. Los jareditas fueron "a aquella parte donde ningún hombre jamás había estado" (Eter 2:5) y luego pelearon entre sí hasta extinguirse. Roberts hace el siguiente comentario: "cuando los jareditas vinieron a las Américas, el relato en el Libro de Mormón acerca de su llegada, siempre supone que no había otros habitantes en toda aquella tierra." (Studies, pág. 117)
De la misma manera, los nefitas, los cuales llegaron al Nuevo Mundo después de la destrucción de los jareditas, entraron a una tierra que otras naciones no conocían (2 Nefi 1:8). Pero, como la fecha de esta llegada está puesta cerca del año 600 antes de Jesucristo, esto no da suficiente tiempo para el desarrollo de los 169 familias de idiomas que existen en el Nuevo Mundo, cada uno de ellos con varios dialectos. Roberts tuvo que confesar que él no tenía respuestas para tales discrepancias. "Los escritores recientes, aceptados, y de autoridad," dice Roberts, "no nos dejan, tal como lo veo en el momento presente, ninguna base de reclamo o defensa — los nuevos conocimientos parecen estar en contra de nosotros" (Studies, pág. 143). La arqueología, hasta hoy día, no ha descubierto nada que niegue sus conclusiones.
Habiendo demostrado que el Libro de Mormón no concuerda con los conocimientos científicos más recientes, Roberts demuestra en su segundo manuscrito, "A Book of Mormon Study" ("Un Estudio del Libro de Mormón") que el libro está de acuerdo con el "conocimiento común" acerca de los indígenas americanos al principio del siglo XIX. Esta concordancia incluye hasta las ideas erróneas de que los indígenas descendieron de las "Tribus Perdidas" de Israel, y que habían disfrutado, una vez, de un alto nivel de civilización.
Todas estas ideas habían sido bien compendiadas en un libro escrito por el reverendo Ethan Smith. Aquella obra, View of the Hebrews (Panorama de los Hebreos), un libro muy popular, se publicó en su segunda edición ampliada, cinco años antes de la publicación del Libro de Mormón. Además, se publicó en el mismo pequeño pueblo donde vivía Oliverio Cowdery. Cowdery era primo de José Smith y el asistente que le ayudó a publicar el Libro de Mormón. En un análisis que cubre más que 150 páginas, Roberts demostró que el libro de Ethan Smith contenía prácticamente "el plan inicial del Libro de Mormón" (Studies, pág. 161).
Ambos libros dan a entender que los nativos de América fueron hebreos quienes viajaron del viejo mundo hasta aquí. Ambos afirman que una parte del grupo se separó de los demás, y degeneró hasta llegar a un estado salvaje. Esta porción salvaje destruyó completamente los que eran civilizados después de unas guerras largas y terribles. Ambos libros atribuyen al grupo civilizado una cultura de la Edad de Hierro. Ambos representan a estos colonizadores del Nuevo Mundo como personas que una vez tuvieron un "libro de Dios," un entendimiento del evangelio, y una figura mesiánica quien les visitó. Ambos libros consideran que las profecías identificaron a los gentiles americanos como los que predicarían el evangelio a los indígenas, los cuales son el remanente de los hebreos americanos de la antigüedad. Rob- erts, en manera inquietante, preguntó con relación a estas y otras semejanzas que encontró, "¿Puede ser que tan numerosos y asombrosos puntos de semejanza sean simplemente coincidencia?" (Studies, pág. 242). En su tercer punto principal, Roberts establece el hecho (usando exclusivamente fuentes mormonas) de que José Smith tenía en sí suficientes poderes imaginativos para poder producir el Libro de Mormón. Él describe la capacidad creativa de José Smith como "tan fuerte y variada como la de Shakespeare y tan inexplicable como la del bardo inglés" (Studies, pág. 244).
Roberts concluye su caso en favor de un origen humano del Libro de Mormón con una discusión de 115 páginas acerca de los errores que fueron producto de la mente creativa, aunque no entrenada, de José Smith. Roberts señala la imposibilidad de que Lehi, acompañado de mujeres y niños, pudiera haber viajado a pie en tres días, desde Jerusalén hasta la ribera del Mar Rojo, una distancia de 283 kilómetros. Él también menciona que al llegar a América, una tierra "apartada de las demás naciones," ellos encuentran animales ya domesticados — "tanto la vaca como el buey [bueyes son toros que han sido castrados], y el asno, y el caballo, y la cabra, y la cabra montés" (1 Nefi 18:25). Roberts encuentra una repetición chapucera de las mismas tramas en las que sólo se cambia el personaje principal. Él ha notado también que el Libro de Mormón trata de sobrepasar los milagros de la Biblia y a veces nos presenta unas escenas de batalla increíbles. En una ocasión, 2.060 jóvenes pelearon en guerras por más de trece años y ninguno murió (Alma 56-58 y véase Studies, pág. 272). Esto hace que Roberts pregunte: ¿Es todo esto historia seria . . . o es la fantasía de una mente inmadura, inconsciente de que pone a prueba la credulidad humana cuando pide que los hombres acepten su narrativa como historia solemne? (Studies, pág. 283)
La respuesta parece ser obvia. Roberts también nos indica que las descripciones de los desvanecimientos y la caída en desmayos religiosos que se encuentran en el Libro de Mormón, eran muy típicos del fervor religioso de la época de José Smith. En este punto termina el manuscrito de Roberts, pero, no antes de habernos hecho conscientes de que el Libro de Mormón depende mucho de la cultura de su día para su contenido y estilo.
La Biblia plagiada
Pisándole los talones al análisis de Roberts existe un estudio de H. Michael Marquardt que demuestra a través de una firme evidencia que la Biblia fue usada en la composición del Libro de Mormón.
Marquardt nos muestra que la porción del Libro de Mormón que supuestamente fue escrita durante el período del Antiguo Testamento está llena de frases y citas del Nuevo Testamento, versión King James (él proporciona una lista de 200 ejemplos). Hasta las "profecías" que aparecen en la porción que corresponde al Antiguo Testamento muchas veces son dadas con los términos del Nuevo Testamento que acompañan su realización.
Por ejemplo, la predicción acerca de Juan el Bautista habla de que él prepararía el camino para el Señor, "uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado" (1 Nefi 10:8 / Lucas 3:16; Juan 1:27). En manera similar encontramos que habrá "un redil y un pastor" (1 Nefi 22:25 / Juan 10:16) y "una fe y un bautismo" (Mosíah 18:21 / Efesios 4:5).
También encontramos que la vida y el ministerio de Alma en el período antiguo del Libro de Mormón es prácticamente una copia de la vida del Apóstol Pablo. Hasta se encuentran expresiones típicas del apóstol Pablo en la boca de Alma. Por ejemplo: "fe, esperanza y caridad" (Alma 7:24 / 1 Corintios 13:13), "el poder de Cristo para salvar" (Alma 15:6 / Romanos 1:16), "sin Dios en el mundo" (Alma 41:11 / Efesios 2:12), etc.
Discordia bíblica
Creyentes en el Libro de Mormón han tratado de explicar estos anacronismos diciendo que al hacerse la traducción, cuando Smith encontraba una frase que se parecía mucho a una de la Biblia, él simplemente utilizó la frase conocida de la Biblia. Pero esta explicación no responde al hecho de que no solamente es utilizada la frase del Nuevo Testamento, sino que en muchos casos es adoptada y a veces ampliada la interpretación del Nuevo Testa- mento referente al Antiguo Testamento.
Por ejemplo, la interpretación en el Nuevo Testamento de Melquisedec como un tipo del Hijo de Dios (Hebreos 6:20-7:17) es usada y ampliada en la porción del Libro de Mormón que corresponde al Antiguo Testamento. Este pasaje en Alma 13 habla de un orden completo de sacerdotes "según el orden de su Hijo," y añade una explicación acerca del porqué Melquisedec es llamado "príncipe de paz" (Alma 13:17-19). De esta manera, material del Nuevo Testamento ha llegado a ser parte integral del texto del Libro de Mormón. Conceptos del Nuevo Testamento, y no tan solamente frases ocasionales, han sido transportados a la parte del Libro de Mormón que corresponde al tiempo del Antiguo Testamento. El resultado es que en el Libro de Mormón no hay un desarrollo gradual de doctrina como se encuentra en la Biblia. El evangelio del cristianismo se conoce, por completo, tan temprano como en la construcción de la torre de Babel.
Además, el Libro de Mormón, a veces, comete torpezas en su uso de material bíblico. La paráfrasis de las palabras de Moisés (Deuteronomio 18:15, 18) empleada por el apóstol Pedro en Hechos 3:22 es equivocadamente citada como si éstas fueran las palabras de Moisés. Así se cita a Pedro cientos de años antes de que el libro de Hechos fuera escrito y Pedro dijera estas palabras. De la misma manera, las palabras de Malaquías 4:1 aparecen en 1 Nefi 22:15 más que cien años antes de que Malaquías las escribiera.
En la segunda parte de su estudio, Marquardt llama la atención a otro material contemporáneo que fue introducido en el Libro de Mormón. Un sentido de patriotismo americano al igual que una agitación en contra de los masónicos (cosa que surgió cerca de la casa de Smith en 1827) son temas reflejados en el libro.
Más revelador todavía, son los acontecimientos de la vida de Smith que fueron añadidos a esta obra. La visita de Martín Harris a los profesores de Nueva York para comprobar la capacidad de Smith como traductor, aparece en el Libro de Mormón después de que Martín regresara del viaje. Smith añadió hasta una "profecía" acerca de sí mismo en la cual él sería llamado a ser traductor del registro mormón (2 Nefi 3:11-15). Que fácil es hacer "profecías" después de que el hecho haya acontecido.
El golpe final
Tal vez lo más dañino de todo es la manera en la que el Libro de Mormón confunde el Viejo Pacto y el Nuevo Pacto representados en la Biblia. El Libro de Mormón recalca que antes de la venida de Cristo los fieles guardaban la ley de Moisés (2 Nefi 5:10; 25:23-25; Alma 30:3), pero también establecieron iglesias, enseñaron y practicaron el bautismo cristiano, y estaban enterados de las doctrinas y los hechos del Nuevo Testamento (ej. 2 Nefi 9:23; Mosíah 18:17). El desarrollo gradual de temas teológicos tan evidentes en la Biblia no existen en absoluto en el Libro de Mormón. En la Biblia, el Viejo Pacto es quitado para establecer el Nuevo (Hebreos 10:9). El Libro de Mormón rompe este modelo divino y entremezcla los pactos y sus ordenanzas. El libro también añade lenguaje e ideas del despertar religioso Protestante comunes en los días de Smith. Todo esto hace que el Libro de Mormón parezca "más claro" que la Biblia, para alguien que sepa poco de las Sagradas Escrituras de Dios.
Sin embargo, una investigación cuidadosa de este libro, cuya teología ha sido mayormente descartada por la iglesia mormona, revela que en verdad es una obra literaria ficticia. Por medio de lo que ha sido copiado de la Biblia y de otras fuentes contemporáneas, y por su imitación del estilo de lenguaje encontrado en la Biblia versión King James, el Libro de Mormón fue diseñado para atraer a las personas religiosas de su día. Pero, una cuidadosa evaluación demuestra claramente que en ningún sentido puede ser considerado una auténtica revelación de Dios.