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El majestuoso templo de Jerusalén, era la gloria del Israel antiguo. También, por mil años, era el centro de la vida religiosa Judía, desde su construcción bajo el Rey Salomón (967/966 a.C.) hasta su destrucción final por el imperio Romano en el año 70 D.C., unos 40 años después del ministerio terrenal de Jesucristo. Pero, hoy día muchas personas se encuentran perplejas con varias preguntas al respeto. Estas preguntas incluyen:
Este artículo ofrece respuestas a estas preguntas. Son respuestas basadas en las enseñanzas de la Biblia, y por eso queremos animar al lector a que lee con su Biblia a mano.
Las palabras de Jesús en Juan 4:20-23 (citadas arriba) llaman la atención a tres puntos importantes con respeto al templo del Antiguo Testamento y su relación con la fe del Nuevo Testamento.
Los judíos era el pueblo elegido de Dios. Por medio de ellos el Señor reveló, en forma única, su plan de redención. La sistema de adoración del templo (el cual consistió del tabernáculo / templo, sacerdocio aarónico, y los sacrificios) formaba una parte central en la revelación de este plan. Aunque los samaritanos adoraban al único Dios verdadero, rechazaron elementos importantes de su revelación escrita,1 y aquí Jesús anuncia que su adoración es falsa (verso 22).
Las escrituras bíblicas enseñan que ha de ser solamente un templo2 (Deuteronomio 12:5ff; 14:23-24; 16:2ff; 26:2; Levítico 17:8-9). Los Judíos y los Samaritanos no estaban de acuerdo en cuanto a que era su ubicación correcta. Esta claro que Jesús estuvo de acuerdo con los Judíos en esta disputa.3 Esto se reconoce porque en este pasaje Jesús se identifica con los Judíos ("adoramos lo que sabemos), y en otro lugar el se refiere al templo en Jerusalén como "la casa de mi Padre" (Juan 2:16).
Sin embargo, las palabras de Jesús in Juan 4:23, señalan el final eminente de la adoración en un edificio de templo. Como exploraremos mas luego en este articulo, Jesús instituyó un nuevo pacto debajo del cual Dios no habita entre su pueblo por medio de un edificio, un templo material, sino que está en su pueblo por medio del Espíritu Santo.
El Origen del Templo
Antes de la construcción del Templo de Jerusalén los Israelitas utilizaban un especie de templo portátil, llamado tabernáculo (vea Figura 1). El tabernáculo fue construido alrededor del año 1440 a.C.4 de acuerdo con los detallados planes que Dios revelo a Moisés en el Monte Sinaí (vea Éxodo, capítulos 25-27, 30, 35-40). El sistema de adoración del templo — con su templo o tabernáculo, con su sacerdocio aarónico, y con sus sacrificios — es uno de los componentes principales de la ley Mosaico conocido comúnmente como "la ley ceremonial." Otra parte mejor conocido de la ley Mosaico son los 10 Mandamientos, los cuales forman el código moral de la ley. Mientras que los 10 mandamientos reflejan el carácter justo de Dios, y nos demuestra nuestra grave necesidad espiritual ante un Dios santo5 ("por la ley es el conocimiento del pecado"6 Romanos 3:20; también vea 4:15; 5:13; 7:7); la ley ceremonial demuestra el amor redentor de Dios, y su provisión clemente de expiación, perdón y reconciliación.
La palabra en hebreo del Antiguo Testamento para la expiación es kapar; significa, "expiar por medio de un sustituto." Se refiere al rito de los sacerdotes de rociar la sangre del sacrificio y así hacer expiación para el que venia a adorar. En verdad, la expiación era central a todo conectado con el sistema de culto del templo, como indicado por los tres componentes de la ley ceremonial:
Dios reveló el diseño del templo a David, padre de Salomón (1 Crónicas 28:11-19). El diseño incluía los mismos muebles del tabernáculo y siguió los mismos planes con la excepción de que el santuario era el doble de grande (vea el dibujo abajo). El templo del tiempo de Jesús también se conformaba a esto mismos planes, divinamente reveladas, pero tenía atrios más grandes.
El templo como lección práctica
Las Escrituras nos dicen que Dios mandó la construcción del tabernáculo (y después del templo) porque deseaba vivir dentro de su pueblo (Éxodo 25:8; 1 Reyes 6:12, 13). Sin embargo, en su diseño y actividades, el templo era una lección práctica ilustrando los elementos exclusivos de la religión judía. También enfatizaba la separación entre gente pecaminosa y Dios y la dificultad de acercarse a la presencia divina bajo de el viejo pacto.11
¿Por qué era el Lugar Santísimo inaccesible? El culto del templo era, por diseño, una institución temporaria en el plan divino. El culto del templo prefiguró el trabajo futuro de Cristo, pero nunca podría proveer una completa reconciliación entre Dios y hombre (Hebreos 10:4). El velo pesado en el templo y la repetición diaria de los sacrificios eran recuerdos constantes de la insuficiencia del culto y los sacrificios, y estas limitaciones (el velo y la repetición de sacrificios) se contrasten con los privilegios que tienen los creyentes en el pacto nuevo. Por medio de la obra redentora cumplida de Cristo, el velo — y en efecto toda la sistema de culto del templo — ha quedado obsoleto, y ahora se inviten a los creyentes verdaderos a acercarse "confiadamente al trono de la gracia" (Hebreos 4:14-16).
El templo, sus sacrificios y sus sacerdotes "nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan" según nos recuerda la epístola a los Hebreos 10:1, (vea también versículos 2-18). No podían hacer que gente pecadora sería digno de estar en la presencia de Dios, sino que eran provisional hasta que viniera El Prometido, Jesús el Mesías, cuyo obra perfecta y completa prefiguraban.
Jesús y el templo
Durante su ministerio terrenal, Jesús reconoció al templo en Jerusalén como el lugar de adoración designado por Dios. Viajó allí para la fiesta de los tabernáculos (Juan 7:10), enseñó en las cortes del templo (Marcos 14:49), utilizó su autoridad mesiánica para restaurar el decoro apropiado al encontrar que los comerciantes y cambistas abusaban el corte de los gentiles, llamando el templo "la casa de mi Padre" (Juan 2:16).
Sin embargo, los Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) también registran la profecía de Jesús respeto a la destrucción venidera del templo en Jerusalén (Mateo 24:1,2), y en su conversación con la mujer samaritana, Jesús indicó que el templo sería reemplazado por adoración en Espíritu que no utilizaría un templo hecho por hombres (Juan 4:21,23). La noche ante su muerte, en la santa cena, Jesús anunció la inauguración del nuevo pacto o testamento, basado, no en la sangre de animales sacrificados, sino en su propio sangre (Mateo 26:28). Los capítulos 5-10 de la epístola a los Hebreos en el Nuevo Testamento hablan detalladamente de como el nuevo pacto anula y reemplaza cada uno de los tres componentes de la ley ceremonial del Antiguo Testamento.
Jesús es el Sumo Sacerdote de un sacerdocio superior. Los sacerdotes aarónicos eran pecadores que tenían que hacer expiación para sus propios pecados. Además, fallecían y tenían que ser reemplazados. En contraste, Jesús es sumo sacerdote perfecto, sin pecado y eterno. (Hebreos 7:23, 27).
Jesús ofreció un sacrificio vastamente superior y verdaderamente eficaz. Los sacrificios del Antiguo Testamento tuvieron que repetirse vez tras vez indicando que verdaderamente no pudieron expiar por pecado (Hebreos 9:9 – 10:4). En contraste, Jesús, el cordero de Dios, ofreció su propio sangre una vez para siempre. Según Romanos 3:25 y Hebreos 9:15, Dios perdonó los pecados de los creyentes del Antiguo Testamento a base de la sangre de Cristo.
Jesús ministra en un templo superior, el mismísimo santuario del cielo, del cual el templo de Jerusalén fue solo una réplica (Hebreos 9:11,24).
El velo rasgado
La destrucción del bello templo en Jerusalén por el general romano Tito en 70 d.C. fue seguido por un edicto romano prohibiendo que los judíos vivieran en Judea.18 Y tal han sido los efectos de la dispersión de los judíos tras los siglos, que hasta los Hebreos que hoy en día pretenden linaje de sacerdote no pueden establecer las credenciales requeridas dentro del Israel antiguo (Esdras 2:62; Nehemías 7:64). Así que, por providencia de Dios, el templo fue destruido, y el sacerdocio y los sacrificios del viejo pacto llegaron a su fin.19
Pero en el plan redentor de Dios el templo en Jerusalén junto con sus sacrificios y sacerdotes llegaron a ser obsoletos unos cuarenta años antes cuando Jesús declaró sus últimas palabras en la cruz: "¡Consumado es!" (Juan 19:30). Porque en el momento preciso de su muerte – según tres de los cuatro evangelios – aconteció un evento dramático: "el velo del templo se rasgó en dos , de arriba abajo" (Mateo 27:51 y también Marcos 15:38; Lucas 23:45). Para apreciar bien el significado de este evento, es preciso recordar que el evangelio según San Juan utiliza metáforas del tabernáculo para describir la persona de Jesucristo: ["Y aquel Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros, y vimos su gloria" (Juan 1:14). En griego la palabra "habitó" (eskenasen) significa literalmente "tiendar o tabernacular". En Jesús, la gloria de Dios que estaba presente detrás del velo del templo del Antiguo Testamento, había venido velado en carne humana; Hebreos 10:20 específicamente llama el cuerpo de Jesús un velo (el velo, esto es, de su carne"). Y recuerde también que cuando retaron a Jesús a dar una seña de su autoridad para limpiar el templo, se refirió a si mismo como el templo verdadero: "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré … Más él hablaba del templo de su cuerpo" (Juan 2:19-21). Así que, si en Jesucristo, Dios estaba tabernaculando entre nosotros y si su cuerpo era un velo que de la vista humana escondía la plenitud de gloria divina, entonces su muerte sí fue el desgarro de ese velo.
Según la tradición judía, el velo era tan resistente que dos yuntas de bueyes no podían rasgarlo.20 Por tanto, el desgarro del velo de arriba abajo en el momento de la muerte de Cristo fue un milagro de Dios. Fue la confirmación celestial de que el sacrificio expiatorio de Jesús en la cruz completó la obra de salvación de una vez para siempre (Cabe notar que, a diferencia de las iglesias cristianas, nunca hay cruces en los templos mormones). Por la fe en Cristo, todo creyente tiene ahora libre acceso a la presencia misma de Dios: "Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios ,... Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia, y hallar gracia para el oportuno socorro" (Hebreos 4:14-16; ver 6:19; 10:19-22).
Un templo sin paredes
El Nuevo Testamento describe la iglesia cristiana como el "cuerpo de Cristo" (1 Corintios 12:12-13; Romanos 12:5; Efesios 4:4; 5:30-32). Este imagen demuestra la notable verdad que el Cristo resucitado y ascendido habita dentro de la comunidad de creyentes verdaderos por medio del Espíritu Santo. El Espíritu fue derramado de manera nueva y profunda al cumplir Cristo su obra redentora (Juan 7:39; Hechos 1:8; 2:1ff). Es esta comunidad de verdaderos creyentes de varias denominaciones quienes son un "templo espiritual" que reemplace el templo estructural del Antiguo Testamento. Así es que el apóstol Pablo escribe a los cristianos en Corinto, "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" (1 Corintios 3:16). De manera similar, en 1 Timoteo 3:15 Pablo habla de "la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente" y el apóstol Pedro describe a cristianos individuales como "piedras vivas" de los cuales Dios está construyendo una "casa espiritual" (1 Pedro 2:5). Aquí, seguramente, está el templo verdadero sin paredes, de la fe del Nuevo Testamento.
Comenzamos este artículo con tres preguntas. Primero, preguntamos "¿Qué era la función y el significado teológico del templo en el Antiguo Testamento?" Hemos visto que enfatizó la necesidad de acercarse al Santo Dios por medio de Sus reglas y condiciones y por la expiación del pecado.
Por segundo preguntamos "¿Qué relación tiene el templo del Antiguo Testamento con la fe del Nuevo Testamento?" Hemos visto que en la persona de Jesús, Dios tabernaculó entre nosotros para que pudiéramos ver Su gloria de manera prefigurado ofuscadamente por el templo/tabernáculo del Antiguo Testamento. Por su sangre derramado en la cruz, Jesús ha satisfecho las demandas de la ley de Dios para los pecadores culpables, como pintado por los sacrificios de animales en el Antiguo Testamento. A base de la obra cumplida de Cristo, se derramado el Espíritu Santo sobre la gente de Dios de nueva manera, con el fin de que la iglesia cristiana – todos los que adhieren a Cristo con fe de toda corazón – es el "cuerpo de Cristo," un templo espiritual en donde Dios ahora habita.
Finalmente preguntamos, "¿Son los templos mormones en alguna manera una extensión del templo bíblico?"21 En respuesta, hemos notado varios puntos donde los templos mormones están en conflicto con revelación bíblica:
La iglesia mormona posee muchos templos, mientras que la revelación divina estipula solo un templo.
El sacerdocio aarónico del mormonismo no observa las reglas establecidas por Dios sobre el linaje.
La iglesia mormona permite ingresar en sus templos a personas que no son sacerdotes, mientras que solo los sacerdotes podían entrar en el templo bíblico.
Ninguna de las ordenanzas hechas en los templos mormones, como dotaciones, el bautismo por los muertos,22 y matrimonio eterno, fueron hechas en el templo bíblico. Su función principal era la de hacer expiación de pecados como condición previa para poder adorar al Dios vivo y verdadero.23
Jesús reemplazó el pacto viejo, del cual el templo era parte. Estableció un pacto nuevo basada en su sacrificio expiatoria hecho una vez por siempre. Ahora Jesús actúa como el "Gran Sumo Sacerdote" para los creyentes en el santuario celestial (Hebreos 4:14-16). Tener templo para la época del Nuevo Testamento es entonces algo contradictorio, pues ignora el trabajo cumplido por Cristo, y señala un retorno al pacto viejo.
Notas
1. El origen de la religión samaritana tiene su antecedencia en la rebelión de los diez tribus de Israel del norte, en el tiempo del hijo de Salomón, Roboam (1 Reyes 12). Después de esto, el reino del norte fue conocido como Israel o Samaria, y el reino del norte, guiado por la línea de David, fue conocido como Judá. Dado que la ciudad de Jerusalén y el templo estaban en Judá, el rey de Israel construyo dos templos rivales para que su gente no cruzaba a Judá para adorar en Jerusalén. No es sorprendente que los samaritanos rechazaron todos los libros del antiguo testamento menos los primeros cinco libros de la ley de Moisés (el Pentateuco), ya que los demás libros del antiguo testamento están repletos de referencias a Jerusalén como la "ciudad que escogió Jehová de todas las tribus de Israel, para poner en ella su nombre" (2 Crónicas 12:13), y a el convenio eterno de Dios con David y su linaje como los con el derecho de ser gobernadores de Israel.
2. La gente del Libro de Mormón tenían múltiples templos, algo que está en conflicto con la estipulación de revelación bíblica – por ejemplo Alma 16:13; 23:2; 26:29.
3. El antiguo testamento contiene muchas referencias explícitas a que Dios escogió a Jerusalén (Sión) como el lugar donde estaría el nombre de Jehová con su templo: vea 1 Reyes 8:44,48; 11:13,32,36; 14:21; 2 Reyes 21:7; 23:27; 1 Crónicas 28:4; 2 Crónicas 6:6; 7:12,16; Salmo 78:68-69; Isaías 18:7.
4. Algunos eruditos conservadores de la Biblia ponen la fecha del éxodo tarde en el siglo 15 a.C., por ejemplo, Merrill F. Unger, Archaeology of the Old Testament (Grand Rapids: Zondervan, 1954), pp. 140-152. Sin embargo, la mayoría de eruditos, incluyendo muchos conservadores ponen la fecha del éxodo tarde en el siglo 13 a.C., por ejemplo, William Sanford LaSor, David Allan Hubbard, Frederic W. Bush, Old Testament Survey, 2nd ed. (Grand Rapids: Eerdmans, 1982,1996), pp. 59-60, y John Bright, A History of Israel, 3rd ed. (Philadephia: Westminster, 1972,1981), pp. 123-24.
5. En Mateo 5:21-28 , Jesús demuestra que las demandas verdaderas de la ley de Dios no son una simple conformidad exterior, sino un actitud del corazón. Así que, un actitud de odio dentro del corazón constituye una violación del sexto mandamiento (homicidio) y un actitud del corazón de concupiscencia es una violación del séptimo mandamiento (adulterio). Entendiendo el asunto así, ¿quien podría decir que pueden guardar perfectamente la ley de Dios? (2 Crónicas 6:36; Romanos 3:19-20).
6. R. Laird Harris, ed., Theological Wordbook of the Old Testament, Vol. 1 (Chicago: Moody Press, 1980), "kapar," pp. 452-53.
7. Como enseña claramente la epístola a los Hebreos en el Nuevo Testamento, los sacrificios de animales del Antiguo Testamento no podrían verdaderamente proveer expiación por los pecados (Hebreos 10:4), y fueron algo provisional solamente hasta la venida de Jesucristo, cuyo muerte en la cruz prefiguraron (Hebreos 7:23-27; 9:6-10; 10:1-4).
8. El estudio, dirigido por el Prof. Karl Skorecki, del Centro Médico Rambam, Instituto Technion-Israel (Haifa, Israel), "encontró diferencias claras en la frecuencia de haplotipos del cromosoma Y entre los judíos sacerdotes y sus contrapartes laicas." El cromosoma Y se halla sólo en los varones y se transmite por línea paterna. Se halló esta concordancia genética entre los que decían tener ascendencia sacerdotal en las comunidades sefardita y ashkenazi ("Y Chromosomes in Jewish priests", Nature 385: 32, 2 de enero de 1997).
9. El nombre "Aarón" aparece 48 veces en el Libro de Mormón pero jamás con referencia al hermano de Moisés o al sacerdocio aarónico. Otros términos referidos al tabernáculo y al templo mencionados muchas veces en el Antiguo Testamento (número entre paréntesis) pero nunca en el Libro de Mormón son: "fuente" (13), "incienso" (121), "arca del pacto" (48), "hijos de Aarón" (97), "propiciatorio" (23), "día de la expiación" (21), "fiesta solemne de los tabernáculos" (17), "pascua" (59) y "casa de Jehová" (627).
10. El tabernáculo por mucho tiempo se encontraba en Shiloh, en la tribu de Efraín. No obstante, Jehová mismo escogió el monte Sión en Jerusalén ("la ciudad de David") en Judá como el lugar donde pondría su nombre. La elección de Jerusalén está estrechamente asociada con el convenio de Dios con David, que el linaje de su familia siempre regiría sobre el pueblo de Dios. En las palabras del salmista: "Y desechó el tabernáculo de José, Y no escogió la tribu de Efraín. Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sión, al cual amó. Y eligió á David su siervo" (Salmo 78:67-70). Otra vez esto provee evidencia de que la revelación bíblica señaló un solo templo.
11. La estructura y palabras de esta frase en inglés fueron adaptadas del artículo 4319 en la NIV (traducción Nueva Versión Internacional) edición del Thompson Chain Reference Bible.
12. Mateo 21:12,13; Marcos 11:15-17; Juan 2:14-17.
13. En una ocasión el apóstol Pablo fue atacado por un grupo de judíos enojados quienes equivocadamente pensaron que él había traído un gentil a través de esta barrera. (Hechos 21:27-29).
14. La exclusión de todos menos los sacerdotes Aarónicos del santuario se ilustra dramáticamente en un incidente a partir de la vida del rey judío, Uzías. Él presuntuosamente entró en el lugar santo y procedió a quemar el incienso. Los sacerdotes enfrentaron al rey y lo mandaron salir del templo: "No te corresponde a ti, oh Uzías, el quemar incienso a Jehová, sino a los sacerdotes hijos de Aarón, que son consagrados para quemarlo. Sal del santuario; porque has prevaricado; y no te será para gloria delante de Jehová Dios" (2 Crónicas 26:18). Uzías no hizo caso a esta reprensión, y el texto dice que Dios lo hirió con lepra, por lo que los sacerdotes lo hicieron salir apresuradamente del templo.
15. En Lucas 1:10 se evidencia el conocimiento e interés del pueblo en el ministerio de los sacerdotes. Uno de los deberes diarios de los sacerdotes en el lugar santo era el de quemar incienso, simbólico de la oración (Salmo 141:2; Apocalipsis 5:8; 8:4), en el altar de incienso que quedaba inmediatamente frente el velo. La Biblia registra que como sacerdote, Zacarías desempeñaba este deber, "Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso" (Lucas 1:10). Indudablemente oraban que el servicio de Zacarías, a beneficio suyo, sería aceptable ante los ojos de Dios.
16. El texto hebreo del Antiguo Testamento distingue entre la presencia trascendente de Dios (yashab), y su habitación temporáneo (shakan) en el templo del Antiguo Testamento. Salomón reconoció esto en su oración al dedicar el templo cuando dijo: "Yo he edificado casa por morada para ti, sitio en que tú habites (shakan) para siempre." Más tarde en su oración el reconoce que ningún templo terrenal jamás podría servir como una residencia para la presencia trascendente del creador infinito del cielo y la tierra: "Pero, ¿es verdad que Dios morará (yashab) sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuanto menos esta casa que yo he edificado?" (1 Reyes 8:12-27).
17. La Biblia previne al cristiano a que no participe en actividades secretas (Mateo 10:26,27; Efesios 5:11,12), y Jesús afirmó que "Yo manifiestamente he hablado al mundo: yo siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se juntan todos los Judíos, y nada he hablado en oculto." (Juan 18:20).
18. Josephus,The Wars of the Jews [Las guerras de los judíos], IV,4-6.
19. Ridderbos observa que la centralización de adoración en un templo facilitaba la instalación del nuevo pacto cuando el templo fue destruido. Ver J. Ridderbos, Deuteronomy (Grand Rapids: Regency Reference Library/Zondervan, 1982), p. 152.
20. Citado por M. R. DeHaan, The Tabernacle [el Tabernáculo] (Grand Rapids:Eerdmans, 1955), p. 115.
21. El mismo Libro de Mormón habla de Nefi construyendo un templo "según el modelo del templo de Salomón" (2 Nefi 5:16).
22. Use este enlazo para ver un estudio que evalúa la evidencia bíblica para la práctica mormona de bautizar por los muertos.
23. En la palabras del rey Salomón en 2 Crónicas 2:6 "¿Quién, pues, soy yo para que le edifique casa, sino tan sólo para quemar incienso delante de Él?"