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Historia 8 - Historia de Naomi - Lo que no le contaron de antemano

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Historia 8 - Historia de Naomi - Lo que no le contaron de antemano

Ella fue investigadora de oro, mormona fiel, bautizada en el templo, y aceptaba la doctrina de la iglesia mormona como algo inspirado. Pero había mucho acerca de la historia actual de la iglesia mormona que nunca la dijeron. Su investigación de los hechos reveló todo un serie de hechos previamente desconocido. Esta es su historia ...

Me bautice en agosto del 99. Fui una ‘investigadora de oro’ y a los pocos meses di el SI quiero. Desde ese momento fui escalando posiciones dentro del barrio y luego dentro de la estaca. En el barrio y la estaca era muy popular, todos me conocían, y con todos me llevaba bien. Tenía muchos amigos. Pagaba mi diezmo íntegramente, era absolutamente fiel a todos los mandamientos y cumplía cabalmente con la parte del convenio que había aceptado. Al año ya estaba lista para ir al templo y recibir la investidura.

""Si solo me lo hubieran dicho antes bautizarme…"


Siempre fui obediente y aceptaba la doctrina de la iglesia como algo inspirado, como revelación dada a los profetas modernos de la cual no teníamos por qué dudar. No perdía el tiempo pensando en las cosas más cuestionadas de la iglesia ni en su doctrina, a veces diferente al resto de los cristianos. Para mí era una iglesia en la que se predicaba el evangelio restaurado, perfecto como fue en sus inicios. Simplemente creía que nos envidiaban porque teníamos la verdad absoluta … y como me decían que solo a los árboles que dan frutos les lanzan piedras, entonces hasta sentía bien que tuviéramos detractores.

Hasta hace dos meses, cuando inició mi caída libre fuera del mormonismo, me hubiera parecido hilarante pensar en “volver al mundo”, pero el tiempo llega para todo… hasta para las decepciones. La decisión que he tomado para dejar la iglesia la comparo a algo parecido a una decepción amorosa. Soy casada y amo a mi esposo, pero si me diera cuenta que me ha engañado desde siempre, que me ha mentido y que abusa de mí psicológicamente, solo porque piensa que es imprescindible en mi vida, entonces indudablemente lo abandonaría, aunque con dolor y pesar, pero no voy a estar sujeta a un abusador de emociones.

No siento rencor por los misioneros que me enseñaron, ni menos por los lideres de mi barrio, personas sencillas con deseos de servir, que me animaban siempre a seguir avanzando, esos si, guiándome y creyendo solo en la literatura aprobada por la iglesia, esa previamente depurada, para no sufrir algún colapso como el que yo misma sufrí cuando me aventuré a buscar respuestas a algunas pequeñas e inocentes dudas, cuyas respuestas encontré en, la que dicen algunos, el arma más temible de Satanás: la Internet.

Algunos preguntarán: ¿y tu testimonio, qué?

Mi testimonio era verdadero, y creía en lo que sentía y decía en las reuniones de primer domingo. Solo que estaba basado únicamente en el conocimiento que tenia. Cuando acepté unirme a la iglesia, lo hice porque todo lo había encontrado lógico, y aunque soy una persona pensante, con sentido común, a veces muy crédula, me dejé llevar de las emociones que surgían en las discusiones acaloradas con los misioneros y deduje, por simple lógica: si José Smith, un jovencito de 14 años, inocente, indocto, tuvo la Primera Visión, y luego recibió las planchas de oro de las que tradujo el Libro de Mormón, entonces el resto de la historia es real: la Iglesia es verdadera.

Pero si me hubieran dicho las cosas como son en realidad, que me hubieran contado de aquellas cosas que están en los archivos de la iglesia, de principios de su organización, cuyos datos han variado hasta aparecer saneados para que resulten digeribles a los pensantes de hoy día, entonces la historia quizás hubiera sido diferente. No estuviera escribiéndoles en este foro, porque a lo mejor, nunca hubiera aceptado lo que me brindaban como una panacea: la única iglesia verdadera sobre la faz de la tierra.

Les voy a enumerar solo algunas de las cosas que he aprendido en mis lecturas, las cuales no son inventos de personas malintencionadas ni con deseos de dañar la imagen de la iglesia, sino que es pura historia, real y verdadera, de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Si solo me lo hubieran dicho antes bautizarme …

  • Si me hubieran dicho que el relato de la Primera Visión que aparece en el Triple, era la última de las versiones de ese acontecimiento, en la que le aparecieron Jesucristo y el Padre a José Smith, fue escrita 18 años después de la susodicha visión, no hubiera creído en ella tan a la ligera. Y si de camino, me hubieran informado que antes de esa hubo dos versiones anteriores más, en las que figuraban solo Ángeles en una y solo Jesucristo en la otra, entonces, definitivamente, no hubiera creído en la Primera Visión.
  • Si me hubieran dicho que José Smith en realidad traducía el Libro de Mormón a través de unas piedras colocadas en la copa de su sombrero, el cual hundía en su rostro y de esa manera dictaba a sus escribas, entonces no me hubiera provocado tanta ternura la escena que aparece en el folleto de la primera charla de los misioneros en la que aparece José Smith “leyendo las tablas” que están sobre una mesa y él con una pluma en su mano.
  • Si en vez de decirme que José Smith era un pobre niño, que apenas sabia leer, y me hubieran contado que era hijo de Joseph Smith, Sr., un maestro de escuela e hijo de un señor no más pobre que los de la comarca, no hubiera sentido tanta emoción porque fue el escogido del Señor.
  • Si los misioneros me hubieran dicho que José Smith también era famoso por ser buscador de tesoros, entonces no me hubiera sorprendido que encontrara enterrados los registros antiguos de donde surgió el Libro de Mormón.
  • Y si además, me hubieran hablado que Ethan Smith y Solomon Spaulding habían escrito, más de 20 años antes de la publicación del Libro de Mormón, historias sobre registros antiguos enterrados con revelación sobre habitantes antiguos en el continente, y sobre la posibilidad de que esos antiguos pobladores tuvieran origen semítico (Israel) … entonces, no hubiera creído en la originalidad de la historia de José Smith.
  • Si nada más me hubieran dicho que aunque en el Libro de Mormón se dice que los habitantes antiguos de América (restos de lamanitas, actuales indígenas) tienen ascendencia semítica (de Israel y zonas geográficas aledañas) pero su ADN no concuerda en lo más mínimo con ese grupo poblacional, y sí, como creen los científicos, con un ADN de origen mongoloide …. Entonces tampoco hubiera creído en la historia.
  • Si tan solo me hubieran dicho que el Libro de Abraham fue en realidad la “traducción” de José Smith de unos papiros con inscripciones de textos funerarios comunes y corrientes egipcios que nada tienen que ver con Abraham ni con lo que realmente dicen … entonces no hubiera proclamado que creía en la veracidad de los libros canónicos de la iglesia.
  • Si me hubieran dicho que la ceremonia de investidura del templo fue plagiada de los rituales masónicos de los que José Smith formó parte dos meses antes de decir que había recibido la revelación del templo … no me hubiera preparado para ser parte del teatro.
  • Pero si también me hubieran dicho que el ritual de la investidura fue modificado después de 1990, para eliminar las partes que resultaban ofensivas para algunos hermanos … no hubiera pensado, como me dijeron, que su contenido era inmutable y eterno.
  • Si hubiera sabido que a los hombres con trazas de raza negra en su sangre no se les permitía poseer el sacerdocio antes de 1978, cuando se recibió la revelación de terminar con ese veto, aun a sabiendas que era por un castigo perenne por ser descendientes de Caín, quien sabe que hubiera pensado …
  • Si hubiera sabido antes de bautizarme muchas otras cosas que ahora sí sé, definitivamente no me hubiera bautizado, y no hubiera pertenecido a esta iglesia, en la que la honestidad se dice que late por cada uno de sus poros, pero la cual han desvirtuado, para hacer las cosas mas llevaderas, menos traumáticas y no herir susceptibilidades con la verdad que pueden ocultar.

A pesar de haber recibido un duro golpe, no estoy knocked out.

Aunque me siento a veces como los que acaban de divorciarse, sin deseos ni ánimos de pensar en volver a casarse, no reniego de las cosas buenas que aprendí en la iglesia, pero partir de mi decisión quiero que mi relación con Dios sea mas personal. No quiero intermediarios entre nosotros. No quiero curas, sacerdotes, pastores, obispos, gurús ni chamanes que me dicten como debo guiarme para obtener su aprobación. Nunca he sido mala gente, ni tampoco entré a la iglesia a reestructurar mi vida, solo buscaba de Dios. Desde siempre he tenido principios morales muy sólidos, enseñados por mis padres que aunque ateos, les han enseñado a sus hijos como regirse por las leyes naturales de la vida. Mientras tanto seguiré siendo libre, respetando al mundo para ser respetada.

Esto es mi testimonio, sencillo pero sincero del por que si hubiera sabido las cosas que se ahora no hubiera formado parte de la Iglesia. Así de simple. Esos descubrimientos han sido luz para mis ojos ante dudas que muy profundamente yacían en mi, y que por temor a ser tildada de "poco creyente", nunca las discutí con nadie, ni con amigos, y menos con los lideres ... porque me imaginaba cuales serian sus respuestas.

Había pensado que me faltaba buscar mas de Dios, que debía orar mas, ayunar mas, sacrificarme mas por el Reino de Dios, pero aun haciendo todo el esfuerzo que podía no conseguía sentir la “plenitud” de todo lo que predicaba y me predicaban. Lamento lo hipócrita que fui durante el tiempo que seguía la corriente y aceptaba sin vacilar puntos doctrinales, que muy en mi interior herían mi lógica y mi intelecto, sin atreverme a investigar ni averiguar …

Ahora soy menos dura conmigo, y creo que solo fui una victima mas que cayo en la trampa, sutil, y (creo) sin mala intención, de este gran imperio, en el que poco a poco tus propias ideas no tienen importancia si no son avaladas por toda la maraña que se ha ido tejiendo con el nombre de mormonismo. No es mi intención debatir si tengo la razón o no, ni me interesa. De seguro habrán quienes refutaran mi pensar, pero al fin y al cabo es mi propia decisión, conseguida luego de poner en practica mi verdadero libre albedrío, sin temores a consecuencias divinas, ni castigos eternos, solo sintiéndome de nuevo libre ..., pensando por mi misma y no pensando los que otros ponían en mi pensamiento.

Sinceramente, Naomi