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Aunque los profetas y apóstoles de la Biblia eran pecadores necesitados de la gracia de Dios, ninguno de ellos utilizó su autoridad religiosa para justificar el adulterio u otros pecados graves. En general, la poligamia se presenta en el Antiguo Testamento con una luz poca halagadora: aquellos que la practicaron fueron, con pocas excepciones, personas incrédulas como Lamec y Esaú o creyentes cuyas familias se vieron devastadas por la contienda y los celos debido a su poligamia, tal como Jacob y David. En algunos casos las mujeres realmente eran concubinas, no esposas; por ejemplo Agar fue la esclava de Sara que sirvió nada más que como una madre sustituta para que Sara le diera un hijo a Abraham. En cualquier caso, ningún profeta bíblico jamás afirmó que Dios había ordenado la poligamia o justificó el adulterio alegando que Dios lo había establecido.
Por otro lado, José Smith tomó más de 30 “esposas”, incluyendo alrededor de una docena de mujeres casadas, afirmando que Dios le había ordenado practicar la polígama, y mintió repetidas veces sobre ello – estableciendo un peligroso precedente de desprecio por la verdad. La evidencia demuestra que José tuvo relaciones sexuales al menos con algunas de estas esposas. Su afirmación de que estaba restaurando la poligamia del Antiguo Testamento descansa sobre una compresión superflua de la Biblia, la cual nunca dictaminó esta práctica y específicamente advirtió a los gobernantes en contra de tomar muchas esposas. Irónicamente, los mormones de hoy apelan al ejemplo de los patriarcas y reyes del Antiguo Testamento que tenían más de una esposa, como precedente para la poligamia de José Smith, pero al mismo tiempo niegan o minimizan cualquier relación sexual que pudiera haber tenido con esas esposas. Sus otras formas de racionalizar la práctica fueron flagrantemente anti bíblicas y frecuentemente manipuladoras (por ejemplo, que su pluralidad de esposas y sus familias tenían aseguradas la exaltación si cooperaban). José incluso escondió su poligamia de su esposa legal, Emma, y luego usó una revelación (que mantuvo en privado por años) en la cual el Señor supuestamente le dijo a Emma que no se opusiera a José en ese asunto. Mientras tanto, José repetidamente mintió públicamente al respecto, negando incluso hasta el final de su vida que estaba practicando la poligamia. La poligamia era ilegal bajo la ley del Estado de Illinois donde José se vio involucrado en la práctica.
La iglesia SUD bajo el liderazgo de Brigham Young (que tuvo más de 50 esposas) y sus sucesores practicaron la poligamia abiertamente en Utah durante la segunda mitad del siglo XIX. A pesar de haber enseñado que la poligamia era un principio eterno que no podía ser abandonado, la iglesia SUD gradualmente eliminó la práctica bajo la presión del gobierno federal de los Estados Unidos. El matrimonio plural continuó siendo practicado por grupos disidentes de los SUD, quienes argumentan fuertemente de que ellos, y no la iglesia SUD de Salt Lake City, son los fieles partidarios de la religión de José Smith y Brigham Young.
Es de resaltar que el mayor problema aquí no es la poligamia en sí misma. Más bien, el inconveniente principal es la afirmación de José Smith de que Dios le ordenó practicar la poligamia, aún con mujeres casadas legalmente con otros hombres, a pesar de que era ilegal y mientras les mentía a las personas sobre ello. Los profetas bíblicos no eran gente sin pecado, pero no cometieron adulterio o pecados similares y mintieron sobre ello, menos afirmaron que Dios les había ordenado hacer semejantes cosas.
Nuestra página sobre Poligamia tiene artículos sobre el tema de la poligamia de José Smith así como artículos sobre la poligamia en al Antiguo Testamento. Adicionalmente, vea nuestro artículo “¿Profetas hoy? Los profetas en la Biblia y en la Iglesia SUD” (sólo en inglés por ahora), que trata de los profetas en la Biblia, la pregunta de si necesitamos profetas hoy y el problema de los profetas mormones que no hablan honestamente acercas de asuntos como la poligamia.
Para un resumen de las doce razones, con enlaces a artículos sobre cada una, vea el artículo principal "Por qué el cristianismo es cierto, pero el mormonismo no: una docena de razones".