Menu
Map
El Libro de Mormón aclara la doctrina
Un folleto SUD distribuido mucho, titulado en inglés "Por Qué Creo que el Libro de Mormón es la Palabra de Dios”, escrito por Guillermo A. Morton, dice en las pp. 4 y 5; “Ahora, una vez que hemos sido convencidos completamente que es verdad el Libro de Mormón, resolverá, como he dicho, cualquier problema teológico que se nos presente. ¿Queremos saber de Dios, de su Hijo Jesucristo, y del Espíritu Santo? Lo podemos saber por el Libro de Mormón. ¿Queremos saber de la preexistencia de los espíritus, de la caída del hombre y de la expiación, de los principios y las ordenanzas del Evangelio de Cristo, del estado en que viven los espíritus de los hombres entre el tiempo de la muerte y la resurrección? Podemos encontrarlo en el Libro de Mormón.”
Pero ¿resuelve realmente el LM los puntos en disputa arriba mencionados? En realidad, el LM contradice la interpretación SUD de esas doctrinas, o no dice nada al respecto. Por ejemplo, los SUD enseñan que Dios Padre tiene un cuerpo palpable de carne y hueso (DC 103:22). Pero Alma 18:26-28 en el LM, dice que Dios es “un gran Espíritu.” Los SUD dicen que Cristo nació de María y de Dios, “un Padre inmortal o resucitado y glorificado” (AF, p. 519). Pero Alma 7:10 del LM, dice que a María se le haría “sombra y concebirá por el poder del Espíritu Santo.” Los SUD creen que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres dioses diferentes (EPJS, p. 370). Pero en II Nefi 31:21 del LM, dice que estos tres son un Dios. Los SUD creen que los hombres pueden llegar a ser dioses y que Dios una vez era hombre (AF, p. 473).
Pero Mormón 9:9 y 19 del LM, dice: “Dios es el mismo ayer, hoy y para siempre, un Ser inmutable.” Los SUD creen que hay innumerables dioses (PGP, Abraham 4 y 5). Pero en Alma 11:26-31 del LM, Amulek dice que un ángel le dijo que había un solo Dios.
El profeta SUD José Fielding Smith dice in p. 114 de DS, Tomo I: “Nunca hablo del papel que jugó Eva en la caída de Adán, ni le acuso a Adán de ningún pecado.” Pero Mosíah 3:19 del LM dice, “Porque el hombre natural es enemigo de Dios, y lo ha sido desde la caída de Adán, y lo será para siempre jamás, a menos que someta al influjo del Espíritu Santo ...” Si uno es enemigo de Dios, ¿no lo hace esto culpable de pecado?
En GTA, p. 178, Milton R. Hunter dice: “La sangre expiatoria del hombre de Galilea lava los pecados de todos los mortales, quienes por la fe, el arrepentimiento y el bautismo, y por vivir de acuerdo con todos los otros principios evangélicos, hasta donde sean capaces, han hecho todo lo posible para efectuar su propia redención.” Pero Mosíah 4:2-3 del LM, demuestra que toda la gente exclamó: “¡Oh, ten misericordia, y aplica la sangre expiatoria de Cristo para que recibamos el perdón de nuestros pecados!” Recibieron la remisión de sus pecados sin el bautismo ni ningún otro esfuerzo personal. Así que el LM no resuelve ni aclara la doctrina, como pretenden los fieles SUD con frecuencia.
Sobre otras doctrinas SUD como la preexistencia de los espíritus, el LM no dice nada (excepto acerca de Cristo y de Satanás). Ni dice nada el LM sobre las grandes doctrinas de la progresión eterna; de las inteligencias eternas; de la necesidad que tiene Dios de la autoridad o del sacerdocio para que haga su obra; de que los negros fueron malditos por no tener valor en su preexistencia, y que por tanto no podrían recibir el sacerdocio SUD; de las genealogías; del bautismo por los muertos; del matrimonio celestial; de llevar ropa interior sagrada; de los tres cielos; de un infierno temporal; de que los hombres llegan a ser dioses, o de una vez Dios fue hombre; de la pluralidad de dioses; etcétera. Sin embargo, al LM lo llaman repetidas veces, “la plenitud del evangelio eterno” (DC 20:9; 27:5; 42:12). Así que estas doctrinas no forman parte de “la plenitud del evangelio.” De otra manera, la plenitud no significa “plenitud”.
El LM se llama “la plenitud del evangelio” aunque sólo la tercera parte de las planchas de oro fueron traducidas por José Smith (JD, Tomo III, p. 347). ¿Es posible que Dios inspiró a los hombres a conservar una crónica sagrada en la que las dos terceras partes no tenían importancia? Aun el profeta Mormón dijo en III Nefi 26:6-8: “Y no puede escribirse en este libro la centésima parte de las cosas que Jesús verdaderamente enseño al pueblo; pero he aquí, las planchas de Nefi contienen la mayor parte de las cosas que enseño. Y he escrito estas cosas, que son la menor parte de lo que enseño al pueblo.” Observemos que el 99% de lo que Jesús enseño, no fue escrito en todas las planchas abreviadas por Mormón (v.11). Si es verdad esto, ¿podría contener “la plenitud del evangelio” solamente la tercera parte de las planchas?
El LM no da información nueva acerca de Cristo o de su evangelio, excepto que llegó personalmente a América para predicar el evangelio, después de decirles a sus discípulos: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Si no hay nueva información evangélica, merece la maldición de Gálatas 1:8,9. Así que la cuestión importante no es si el LM es o no la palabra de Dios, sino si la Biblia es la palabra de Dios. Si la es, no hay necesidad del LM.
Evidencia Externa a favor del Libro de Mormón
(tiempo requerido para su traducción)
José Smith comenzó a traducir el LM el 12 de abril de 1828, teniendo a Martín Harris como escritor (DHC, Tomo I, pp. 20-21). Trabajaron hasta el 14 de junio de 1828, cuando Harris se llevó la traducción a su casa. A la esposa de Harris no le impresionó favorablemente el trabajo en que su marido quiso invertir tanto dinero. De alguna manera esa traducción entera desapareció, y nunca se ha encontrado. Smith no había guardado copia y dijo que sus enemigos cambiarían esa traducción original desaparecida, para sacarla a luz más tarde. Lo harán así para demostrar que Smith no podría volver a traducir el libro exactamente como al principio. Sin embargo, hubiera sido fácil descubrir esos cambios. De esa manera Smith tendía la oportunidad de demostrar que sí lo había traducido por el don y el poder de Dios. Además, Harris ya le había llevado una copia de algunos caracteres de las planchas de oro al profesor Anthon quien dijo “que la traducción era correcta.” Si Anthon podía declarar que la traducción era correcta, podía también leer el original. Así que si la traducción que Harris se llevó a la casa hubiera sido alterada, el prof. Anthon bien podría decir cuál de las dos era la correcta. Para tratar con justicia al prof. Anthon, debemos mencionar que él dijo que todo el asunto fue un engaño. Así lo dijo en una carta a E.D. Howe, editor del diario de Painesville, Ohio.
Smith no volvió a traducir las 116 páginas que Harris perdió. Más bien tradujo un resumen del mismo material, hecho por Mormón, un poco antes de la destrucción de los nefitas por los lamanitas. Ciertamente le fue muy conveniente a Smith, que Mormón hiciera un resumen de ese mismo material perdido por Harris. Mormón menciona este resumen en Palabras de Mormón, vv. 3-6. Smith comenzó a traducir este resumen del LM el 7 abril de 1829, siendo Oliverio Cowdery el escritor. El era uno de los tres testigos del LM (DHC, Tomo I, p. 32). Para el 15 de mayo de 1829, (38 días más tarde) había terminado 69 páginas. Eso fue muy rápido, considerando que había copiado solamente seis páginas de la Biblia de King James para esa sección.
Pero los libros oficiales del condado de Wayne, Nueva York, indican que el LM (completo) fue registrado el 11 de junio de 1829. Si llevó una semana para procesar la solicitud, (sería difícil procesarla en menos tiempo) entonces Smith tradujo las siguientes 519 páginas en 30 días. ¡Procure Ud. copiar con su propia mano desde la página 69 a la 588 de la edición original de 1830, para ver si se podría hacer en 20 días! Si alguien lo pudiera hacer, seguramente quedaría agotado. Pero recuerden mis lectores que David Whitmer, Martín Harris y otros, dijeron que José Smith leyó a Cowdery la traducción hecha por Dios. Y aquél la escribió y luego se la volvió a leer para verificarla. ¡Eso lleva tiempo!
Por supuesto, si los SUD rechazan ese proceso, así como B.H. Roberts y otros han hecho, se quedan con el método mencionado en DC 9:7-10. Este requería “estudiarlo en tu mente.” Si la traducción es correcta, hace “que arda tu pecho”; de otra manera, “vendrá sobre ti un estupor de pensamiento.” Si Smith tradujo de esta manera, esto bien puede explicar la terrible gramática que entró en la edición del LM de 1830. Pero esto también llevaría tiempo. Seguramente algo sucedió entre su primer esfuerzo de traducir, y el último, cuando terminó el LM. Le llevó 63 días para traducir las 116 páginas que Harris perdió. ¡Pero ocupó solamente 58 días para traducir las 588 páginas la segunda vez! la traducción fue hecha por el don y el poder de Dios, pero en el último esfuerzo, operó en él cinco veces más rápidamente. Parece que no hubo más resúmenes del LM, porque José mandó hacer una copia del manuscrito entero antes de llevarlo al impresor (DHC, Tomo I, p. 75).
El origen del libro de Mormón
En su folleto Why I Believe the Book of Mormon is the Word of God, Guillermo Morton dice que hay dos teorías sobre el origen del LM. Una de ellas es la teoría de Salomón Spaulding, y la otra, “la aceptada por la iglesia” (pp. 5-6). En dos párrafos ridiculiza la teoría de Spaulding, y usa el resto de su tiempo apoyando la teoría de los SUD. Pero el Sr. Morton cometió algunos errores evidentes.
El primero fue decir que los que escribían contra los SUD dijeron que Spaulding escribió el Libro de Mormón. En realidad, ellos dijeron que Spaulding escribió un libro llamado Manuscript Found, el que Sidney Rigdon tomó de un taller de imprenta. Juntos, Sidney y José usaron algunas ideas y mucho del lenguaje de ese libro para escribir el LM, según esa teoría. Morton afirma que el manuscrito de Spaulding fue encontrado en 1884, y que ahora se encuentra en el colegio (universitario) de Oberlin, Ohio. Afirma además, que este manuscrito no se parece en nada al Libro de Mormón. Es verdad que el manuscrito de Spaulding titulado Manuscript Story, fue encontrado y depositado en el colegio de Oberlin. Pero la hija de Spaulding dijo que él había escrito “otras piezas románticas”, de manera que es un error suponer que la única que escribió está en el colegio de Oberlin (The Myth of the Manuscript Found, p. 104). Y no es verdad que el Manuscrito en el Colegio de Oberlin no se parece en nada al LM. Pero en vista de que el libro Manuscript Found nunca se ha encontrado, los argumentos podrían continuar indefinidamente. Pero ése no es el único origen posible.
Una teoría que tiene más evidencia a su favor está relacionada con la View of the Hebrews, por Ethan Smith. Este libro fue publicado primero en 1823, y después mejorado y reimpreso en 1825. En 11 de octubre de 1825, apareció un comentario sobre este libro en el diario de Palmyra, Nueva York, llamado la Wayne Sentinel. Diez meses más tarde, el 11 de agosto de 1826, apareció el nombre de José Smith, padre, en el periódico, indicando que debía $5.60 por su suscripción. Así que el número de ese diario que publicó el comentario sobre la View of the Hebrews había llegado al hogar de los Smith. Ese libro contenía tantas semejanzas al LM, que el historiador mormón B.H. Roberts preparó una lista de dieciocho paralelos entre los dos libros antes de su muerte. Hal Houghey ha reimpreso esa materia con el título de A Parallel: The Basis of the Book of Mormon. (Se vende en la Modern Microfilm Co.)
La madre de José Smith, Lucy Mack Smith, relata cómo José divertía a la familia cuando tenía sólo dieciocho años: “En nuestras conversaciones de la noche, José ... describió los habitantes antiguos de este continente, su vestido, su manera de viajar, y los animales que montaban; sus ciudades, sus edificios, en cada detalle; sus modos de guerra; y también su culto religioso. Esto lo hacía con toda facilidad, como si hubiera pasado toda su vida entre ellos.” (History of Joseph Smith by his Mother, edición de 1954, pp. 82-83).
Es evidente que José tenía imaginación; de otra manera no podría relatar tales cuentos. Observemos que la misma clase de descripciones aparece en el LM. Con un libro como View of the Hebrews para estimular sus pensamientos, la imaginación de José fácilmente podría suplir los detalles. Otros libros y artículos numerosos estaban a la disposición de José, los cuales decían que los indios eran las diez tribus perdidas de Israel o de alguna manera descendientes de Israel. Contrario a las pretensiones de los SUD, esa idea no se originó con José Smith; era un concepto muy aceptado en los tiempos de José.
Así que el LM no es un libro tan único como piensan muchos de los mormones piadosos. Con frecuencia algunos SUD sinceros afirman que hubiera sido imposible que una persona de tan mala preparación académica como José Smith escribiera un libro como el LM. Pero Mahoma era persona iletrada, y sin embargo, compiló el Corán, supuestamente dado por Dios, la escritura sagrada de varios millones de musulmanes. Hay también otros libros que suenan como bíblicos: El libro de Jaser, Los libros perdidos de la Biblia, y Los libros olvidados del Edén etcétera. Así que nos es imposible escribir libros que suenan como la Biblia, y algunos se han escrito en este mismo siglo. El punto de debate es si el LM fue dado por Dios. Si no lo fue no importa quién o quiénes lo redactaron.
Los Testigos del Libro de Mormón
En la primera parte de toda edición moderna del LM se encuentran los testimonios de los tres testigos: Oliverio Cowdery, David Whitmer y Martín Harris. Segundo Nefi 27:12 había predicho así: “Por tanto, el día en que se entregue el libro al hombre de quien he hablado, quedará oculto dicho libro de los ojos del mundo para que nadie lo vea, salvo tres testigos que lo verán por el poder de Dios, además de aquel a quien el libro será entregado.”
Segundo Nefi 11:3 y Eter 5:2-4 en el LM, también hablan de los tres testigos. DC 5:10-15 se refiere otra vez a tres testigos y dice en el v.14, “Y a ningún otro de los de esta generación daré este poder de recibir este mismo testimonio.” Por esto es muy curioso ver que después de decir II Nefi 27:12 que nadie sino los tres testigos verían el libro, que el v.13 diga: “Y nadie más lo verá, sino unos cuantos según la voluntad de Dios.” Dudamos por qué todo ese hablar de “los tres testigos” si iba a haber “unos cuantos más.”
Se les dice a los tres testigos qué cosas testificar aun antes de ver nada, de modo que no fue un testimonio personal (DC 17:5-6). La verdad es que se les dice lo que no era cierto al decir que “ha traducido el libro” porque José estaba todavía traduciéndolo (compárese DHC, Tomo I, pp. 48-49), las planchas de oro tenían que estar allí, si es que esas planchas existían. Así que ¿por qué tuvo que llevar a los tres testigos del hogar de los Whitmer al monte para orar a fin de que pudieran verlas (DHC, Tomo I, p. 54)? ¿Sería lógico salir de su casa e ir al monte y orar a Dios que le mostrara aquello que ya está en su casa? De todas maneras los tres testigos no vieron las planchas en el monte. Si vieron algo fue solamente una visión, tal como José Smith dice en DHC, Tomo I, p. 55: “La misma visión fue presentada a nuestra vista (de Martín Harris y José); cuando menos, me fue presentada a mí.” Pero como reza el testimonio en las primeras páginas de LM, suena como que realmente vieron las planchas. Sin embargo, dice en DC 17:5 que vieron las planchas “por la fe” así como testificó Harris más tarde.
Pero ¿ qué cosa testificaron los tres testigos? Que vieron las planchas (realmente una visión de ellas) y que “también sabemos que han sido traducidas” mientras Smith las estaba traduciendo. Dijeron “sabemos” porque “así su voz nos lo declaró.” No pudieron testificar que habían leído y verificado la traducción, así que testificaron que “un ángel” les mostró las planchas “por el poder de Dios” y que la voz de Dios les dijo que la traducción era verdadera.
Sin embargo, los tres testigos testificaron de otras visiones y mensajes celestiales que son rechazados por la iglesia SUD. Por ejemplo, dijo David Whitmer: “En junio de 1838, Dios me habló otra vez con su propia voz desde los cielos y me dijo que “me separara de entre los santos de los últimos días.” Por su puesto, los tres apostataron de la Iglesia SUD, y José Smith y otros líderes SUD los acusaron de mentir, robar, engañar, acuñar monedas falsas, defraudar y perseguir a los santos (Times and Seasons, Tomo I, pp. 22, 23, 81 etcétera). Sin embargo, el apóstol SUD John Widtsoe se refiere a los tres testigos así como a los otros ocho, como hombres de “reputación sin mancha” (Joseph Smith—Seeker After Truth, pp. 338-339). ¡Seguramente el Señor podría haber encontrado testigos que tuvieran mejor reputación!
Los fieles SUD dicen que ninguno de estos tres testigos jamás desmintió su testimonio. Pero la publicación oficial de los mormones, Times and Seasons, Tomo II, p. 582 dice que sí, Oliverio desmintió el LM, aunque los SUD pretenden que Oliverio volvió a la iglesia SUD. Las crónicas muestran que él y su familia se unieron a la iglesia metodista protestante de Tiffin, Ohio, como en el año 1841, donde Oliverio sirvió como secretario. Cuando murió en 1850 fue sepultado por un ministro metodista (Juan Sexsmith) en Richmond, Misurí. David Whitmer perteneció a no menos de tres grupos separatistas de los mormones, en diferentes épocas, pero murió rechazando la iglesia SUD y su sacerdocio. Martín Harris había sido miembro de no menos de cinco grupos religiosos antes de hacerse mormón, y después se unió a varios otros al dejar el mormonismo. El hermano de Brigham Young, Phineas, le escribió a Brigham el 31 de diciembre de 1841, desde Kirtland, Ohio, diciendo, “Hay en este lugar todo clase de enseñanza; Martín Harris es firme creyente en el shakerism, diciendo que su testimonio es mayor que lo que fue para el Libro de Mormón.” (Martín Harris—Witness and Benefactor of the Book of Mormon, 1955, p. 52). Más de sesenta personas testificaron sobre el “Rollo y libro sagrado” del shakerism que enseñaba que “Cristo ha hecho su segunda aparición en la tierra, en la persona de una hembra escogida, conocida como Ana Lee.” Martín Harris no podría creer eso, y al mismo tiempo lo que dice en DC 49:22: “el Hijo del Hombre no viene en forma de mujer.” En su vejez, Harris volvió a unirse con la iglesia SUD y fue llevado a Utah donde murió. Pero no hay nada que indique que Harris renunciara a su afiliación con el shakerismo.
El testimonio de otros ocho testigos aparece en las primera páginas de todos los ejemplares modernos del LM. La afirmación que José Smith les enseñó las planchas de oro que “tienen la apariencia de un trabajo muy antiguo y una construcción muy curiosa.” Pero estos hombres no eran ni arqueólogos ni lingüistas para poder verificar ni la edad ni la traducción de las planchas. Muchos creen que sí vieron algunas planchas, antiguas en apariencia, pero que José Smith las hizo, o las mandó hacer. Oliverio Cowdery había sido herrero cuando era joven, y podría haberlas hecho. Más tarde, Smith y otros acusaron a Cowdery de imprimir billetes falsos. Si pudo hacer dinero falso, también pudo hacer algunas planchas falsas que tuvieran el aspecto de oro. Después de haber firmado su testimonio el documento original fue cambiado de decir, “por José Smith, hijo Autor y Propietario” a “el traductor.” Tal cambio hace nulo su testimonio.
David Whitmer escribe en su Address to all Believers in Christ, p. 28: “Todos los ocho testigos que vivían entonces (menos los tres Smith) salieron (de la iglesia SUD). Pedro y Cristián Whitmer habían muerto. Oliverio Cowdery también salió de ella.” Eso fue en junio de 1838. Los únicos que se quedaron con José de los ocho testigos, fueron su padre y dos hermanos. Aun cuando esos testigos no escribieron contra el LM eso no quiere decir tampoco que lo creyeran. Martín Harris no escribió nada contra el “Rollo y libro sagrado” del shakerismo. ¿Quiere decir eso que todavía tenía mayor testimonio a favor de ese libro que del LM, después de llegar a Utah?
Estos ocho hombres, así como José Smith, debían ser hombres poderosos, porque dicen en su testimonio, “hemos visto y palpado (las planchas de oro).” El original inglés no dice “palpado” sino “alzado”. Según AF p. 293, “Las planchas del Libro de Mormón que el ángel Moroni entregó a José Smith, según la descripción que el profeta dio, eran de oro, de tamaño uniforme, de unas siete pulgadas de ancho por ocho de largo (17x20 cms.), y su espesor algo menor que la lata común. Las sujetaban tres anillos que las atravesaban cerca de una de las márgenes, y un conjunto formaban un libro de casi seis pulgadas (15 cms.) de grueso.” El oro pesa 547.6 kilos por pie cúbico. Calculando el peso del libro según las medidas que nos dio José Smith, cargó ese peso tres millas o cinco kilómetros, sólo! Y en “El testimonio de los ocho testigos” dicen haberlo alzado que es mayor que lo que una persona puede hacer hoy día.
Evidencia científica sobre el libro de Mormón
Los mormones han publicado cientos de libros y folletos que “comprueban” el LM. Uno de esos folletos en inglés tiene por título “¿De dónde llegó el indio americano?—Los antiguos de América hablan desde el polvo (Isaías 29:4).” Comienza diciendo, “Muchos arqueólogos están de acuerdo en que hubo dos migraciones desde Asia a América. La primera sucedió hace como 4000 años. La segunda, como 600 años antes de Cristo. Eran de la casa de Israel. Adoraron a un Dios supremo. Tenían conocimiento de la vieja historia bíblica. Practicaban el cristianismo. Tenían conocimiento del nacimiento y muerte de Cristo.” El que esto escribe, ha estado en contacto con docenas de arqueólogos, en persona, o por correo, y nunca ha encontrado ninguno que quiera ratificar esas pretensiones. Por ejemplo, el Dr. Frank H. H. Roberts, hijo, Director del Departamento de etnología americana en el Instituto Smithsoniano, escribió: “Los antecesores de los indios americanos llegaron a América probablemente hace 15,000 años y posiblemente antes de eso. Es dudoso que ninguna migración ocurriera tan tarde como 600 años antes de Cristo. No existe ninguna evidencia de alguna migración de Israel a América, y tampoco evidencia de que los indios precolombinos tuvieran conocimientos del cristianismo o de la Biblia. Observemos que el Dr. Roberts contradice todo lo que se afirma en el folleto mormón.
Sin embargo los fieles mormones siguen haciendo pretensiones tremendas, afirmando que el LM se ha usado como guía para encontrar ruinas antiguas en América Central y del Sur. El presente escritor preguntó al presidente José Fielding Smith, cuál ruina había sido descubierta usando el LM como guía. En una carta fechada el 18 de marzo de 1996, respondió: “No sé de ninguna persona que haya usando el LM como guía para sacar a luz algún conocimiento de estos antepasados de los indios.”
Por varios años muchos de los SUD han hecho grandes pretensiones sobre “Estela 5, Izapa” que fue encontrada en Chiapas, México, en 1939. En 1941 el Instituto Smithsoniano y la Sociedad Nacional Geográfica enviaron una expedición para estudiar esa piedra. En una carta al presente escritor, fechada el primero de mayo de 1963, Jorge Crossette, jefe de la investigación geográfica de la National Geographic Society, dijo: “Nadie que estaba asociado con nuestra expedición hizo conexión alguna con el Libro de Mormón.” A pesar de esto, varias publicaciones SUD contienen fotos y comentarios hechos por el Instituto Smithsoniano y la Sociedad Nacional Geográfica, dejando la impresión que ellos apoyan las pretensiones de los SUD. Algunos mormones celosos han escrito artículos para diarios y revistas afirmando que esta piedra ayuda a comprobar la verdad del LM. Comúnmente los SUD se refieren a esta piedra como la “Piedra del árbol de vida de Lehi” porque se supone que tiene muchas semejanzas con la visión de Lehi en que vio el árbol de vida, según I Nefi 8 del LM. Algunos de los artículos aun pretenden que los nombres Lehi, Sara y Nefi sean los tres nombres simbólicos en la piedra. ¡Pero no hay ningún nombre simbólico en la piedra!
Dijo también Jorge Crossette en su carta que “la piedra es casi un duplicado, en cada pequeño detalle, de la llamada ‘piedra de Chapultepec’ de origen desconocido, que ahora se encuentra en el Museo Nacional de México.” Tampoco aceptan esta “piedra del árbol de vida” los profesores de la universidad de Brigham Young, los Drs. Sorenson y Nibley, como evidencia a favor del LM. Sin embargo, muchos mormones siguen usándola como su “evidencia.”
Con frecuencia los SUD se refieren a algún “hallazgo nuevo” que ahora “comprueba el LM más allá de ninguna duda.” Puede ser “planchas de oro” halladas en México, o la Piedra de Bat Creek, o algún otro gran hallazgo nuevo.” Pero hasta la fecha, todo lo que han señalado como prueba, ha resultado ser una falsificación, o una interpretación exagerada que no puede resistir la investigación. ¡Nunca ha habido ningún nombre, evento o lugar, ni otra cosa mencionada en el LM, que se haya verificado por medio de los descubrimientos arqueológicos!
Con frecuencia los SUD afirman que la razón por qué nada se ha verificado por los arqueólogos, es que el LM es más reciente que la Biblia. Sin embargo, la arqueología es ciencia relativamente nueva. El Instituto Arqueológico de América fue incorporado sólo en 1906, mucho tiempo después de la publicación del LM. Así que ha habido la misma oportunidad de encontrar evidencia a favor del LM como de la Biblia. Usando la Biblia como guía, se han identificado docenas, pero ninguno se ha descubierto usando el LM. ¿Es Dios el autor de los dos libros? Si es así, ¿por qué no proporciona la misma evidencia para el LM como para la Biblia?
Afirman los arqueólogos que los indios de América “tienen parecido físico más con los pueblos de Asia oriental, central y del noroeste (que con ningún otro pueblo).” Así también se encuentra en los niños pequeños de los indios de América la pequeña mancha de color azul o azul-gris en la región del cóccix, “la mancha mongoloide.”
¿Cómo podrían los israelitas hacer un viaje a América en barco sólo para perder repentinamente una característica y ganar otra? Estas preguntas no han sido contestadas por los eruditos SUD. En su “Declaración respecto al libro de Mormón” del mes de mayo de 1965, la Oficina de antropología del Instituto Smithsoniano dijo, “No sabemos de casos auténticos de encontrar escritura egipcia o hebrea en el nuevo mundo.” Ha habido muchos informes sobre tales hallazgos, especialmente por algunos mormones muy celosos. Pero ningún hallazgo genuino se ha encontrado. El 14 de marzo de 1966, este escritor preguntó al presidente José Fielding Smith, “¿Tiene la iglesia (SUD) alguna escritura egipcia o hebrea que encontraron en América?” Luego mencionamos la declaración del Dr. James Talmage en AF, p. 325 respecto al hebreo encontrado en América en la que dice, “los caracteres y el lenguaje son semejantes a la forma más antigua del hebreo, y no tienen ninguno de los símbolos de vocales y letras finales que se introdujeron en el hebreo del continente oriental después de que los judíos regresaron de la cautividad babilónica.”
Talmage tendría que haber visto aquel hebreo para hacer tal comparación. Por eso, pedimos permiso de verlo también. Aparentemente el presidente Smith no sabía nada de ese material hebreo o egipcio que se supone fue encontrado en América. Nunca respondió a mi petición. Más bien me instó otra vez a leer con el espíritu de oración el LM para recibir el testimonio de su verdad.
Pero si es verdad, ¿no debe haber alguna evidencia que lo pruebe? Es increíble pensar que todos esos israelitas en América que hablaban el egipcio y escribían en “egipcio reformado” nunca dejaron huellas de su idioma. Los arqueólogos han encontrado muchas inscripciones en todas las Américas, pero ninguno en “egipcio reformado”, egipcio puro, ni hebreo. ¿Eran todos los “nefitas” y “lamanitas” iletrados menos los escribanos del LM?
Nadie ha visto el “egipcio reformado” en las planchas de oro, excepto José Smith y sus “testigos.” Pero hay manera de verificar la traducción que hizo. “Copió” varios caracteres y éstos se han reproducido en varias publicaciones. ¡Ningún conocedor de los idiomas egipcio y hebreo las tomaría en serio!
Hay, sin embargo, mejor manera de verificar la capacidad de Smith de traducir. El 27 de noviembre de 1967, los papiros originales de los que José Smith tradujo el Libro de Abraham en la PGP, fueron obsequiados a la iglesia SUD por el Museo metropolitano de arte de Nueva York. Estos son papiros egipcios genuinos que compró Smith al Sr. Chandler cuando estaba en Kirtland, Ohio, en 1835. Copias se han enviado a los egiptólogos de todo el mundo para su traducción y comentario. Todos ellos sostienen que son el “Libro de los muertos” egipcios, papiros funerales que no tienen nada que ver con Abraham. Aun el Dialogue: A Journal of Mormon Thought, Tomo III, número 2 del verano de 1968, presenta traducciones preliminares, hechas por dos de los egiptólogos principales en América, y ellos también niegan que los papiros tengan algo que ver con Abraham. Si José Smith no pudo traducir correctamente el egipcio genuino, verificado actualmente por los eruditos en el idioma egipcio, ¿podríamos confiar en él para traducir correctamente el no-existente “egipcio reformado”? Por primera vez en la historia de los SUD, la capacidad de José Smith para traducir, se puso a prueba ¡y José Smith salió aplazado!
La prueba por excelencia del libro de Mormón
Si toda la evidencia y los argumentos no convencen a los que no son de los SUD, hay una cosa que sí convertirá al mormonismo a toda la gente sincera, según los fieles SUD. Es el desafío de Moroni 10:4 en el LM: “Y cuando recibáis estas cosas, quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas; y si pedís con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo fe en Cristo, él os manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo.”
Por esto, muchos SUD testifican que han tenido un corazón ardiente, tal como se menciona en DC 9:8. Pero la sicología de este texto es muy interesante. Invoca a los tres miembros de la Deidad, ¡lo que bastaría para poner el temor de Dios en cualquiera persona religiosa! Luego dice: “si pedís con un corazón sincero ... os manifestará la verdad de ellas. Observemos que los que no reciben ninguna manifestación de que el LM sea la verdad, se quedan con una sola alternativa: ¡no son sinceros! Así que muchos aceptan el mormonismo porque no quieren que nadie les considere falsos. Con frecuencia se excitan para probar su sinceridad.
Los cristianos deben orar mucho; pero hay cosas por las cuales no necesitamos orar. La razón es que la evidencia ya es tan clara que la oración no añade nada. ¿Está casado el lector? Si lo está, lo sabe; y si no lo está, lo sabe también. Así que es una necesidad orar y pedirle que le enseñe si está casado o no. ¿Ha leído Ud. alguna rima de niños? ¿Es necesario orar y preguntar a Dios si es escritura sagrada? Eso es tan absurdo que puede parecer sacrilegio. Pero sí, ilustra el hecho de que no es necesario orar acerca de todo libro que alguien afirma ser escritura sagrada.
Suponga Ud. que alguien le diga: “el Corán es escritura cristiana y si Ud. ora a Dios con un corazón sincero y con fe en Cristo, El le manifestará al verdad de él por el poder del Espíritu Santo.” ¿Oraría Ud., o debe Ud. orar sobre este punto? El que ha leído el Corán sabe que su mensaje no es lo mismo que el mensaje cristiano en la Biblia. Así que el orar sobre esto realmente no resuelve sus problemas y diferencias. Lo mismo se puede decir del LM, del DC, y de la PGP. Las evidencias de la arqueología, la historia, la geografía y de sus “profecías”, deben considerarse al estudiar cualquier libro que pretende ser escritura sagrada.
Mientras que la gente dependa de sus emociones y sentimientos en lugar del estudio y el examen de los hechos, puede ser conducido a creer casi cualquier cosa. Los cristianos nunca deben dejarse engañar sólo porque alguien parecer ser religioso y hace cosas en el nombre del Señor (Mateo 7:22,23).