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Hacer la obra del templo. Hechos 7:48 y 17:24 declaran que el Señor del cielo y de la tierra “no habita en templos hechos con manos de hombres.” Hebreos 8:2 también, dice que Cristo es “ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.” Hebreos 9:24 declara también, “no entró Cristo en el Santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo.” En los templos del Antiguo Testamento ofrecían sacrificios de sangre; pero los únicos templos aquí en la tierra que le interesan al Señor ahora, son los cuerpos físicos de los creyentes (1 Corintios 3:16, 17, 6:19,20, 2 Corintios 6:16). Pero en MD, pp.779-780 dice McConkie que los templos son “santuarios donde se hacen ordenanzas, ritos y ceremonias sagradas, que se relacionan con la salvación y exaltación en el reino de Dios ... cada (templo) es literalmente una casa del Señor... una casa donde él y su Espíritu pueden morar.” Siguen aquí algunos de los ritos de templo SUD:
1. “Matrimonio y sellamiento.” El presidente José Fielding Smith dice en DS, Tomo II, p. 206: “Ahora el deber del hombre en su propia familia es ver que él y su esposa sean sellados en el altar. Si fueron casados en el mundo antes de unirse a la iglesia, o si han estado en la iglesia pero sin poder asistir al templo, es el deber de aquel hombre ir al templo, hacer que su esposa sea sellada con él, así como a sus hijos, para que el grupo familiar, aquella unidad a que pertenece, se haga intacta para que continúe por toda la eternidad. Ese es el primer deber que el hombre tiene para consigo mismo, su esposa y su hijos. El recibe esta bendición en virtud del sacerdocio.”
El error de no casarse en un templo SUD, le “condenará” al individuo a que su progreso eterno se suspenda antes que llegue a la deidad. Lo más que pueda esperar entonces, es llegar a ser un ángel (véase DC 132:16-20: también el folleto About Mormonism, por el apóstol Esteban L. Richards, p. 12).
Para poder entrar en un templo SUD, uno debe tener una recomendación firmada por el obispo de su distrito y el presidente de estaca (barrio). Se le pregunta al solicitante sobre los siguientes puntos: 1) Su limpieza moral; 2) Si apoya las autoridades generales, o si simpatiza con los apóstatas; 3) Si paga su diezmo completo; 4) Si observa la palabra de sabiduría; 5) Si lleva la ropa interior de reglamento; 6) Si procura asistir a los servicios con regularidad, obedecer las reglas, leyes y mandamientos del evangelio; 7) Si le fue negada una recomendación en alguna ocasión; 8) Si nunca fue divorciado.
Cuando el solicitante está aprobado por su obispo y su presidente de estaca, luego se prepara para ir a alguno de los templos. Cuando llega, su recomendación es examinada para ver que todo esté bien. Entonces va al departamento donde se lava y se unge, donde también comienza la ceremonia de dotación. Las damas van a otro cuarto semejante. Se quita toda la ropa y se deposita en un armario. Luego se pone un “escudo” o fondo, que se parece a una sábana doblada, con una apertura en medio para la cabeza. El escudo cuelga sobre su cuerpo, frente y espalda, dejando visibles sus costados. Un obrero del templo entonces mete la mano en agua corriente y lava el cuerpo del solicitante. Le lava la cabeza y después el cuerpo, debajo del escudo. Toca cada miembro de su cuerpo mencionado en la ceremonia: cabeza, orejas, nariz, labios, cuello, hombros, espaldas, pecho, órganos sexuales y el ano, brazos y manos, ijada, piernas y pies.
Este lavamiento “se confirma” entonces, en una breve ceremonia, y la persona entra a una casilla donde las mismas partes del cuerpo son ungidas con aceite. Sigue entonces una ceremonia confirmando este ungimiento. Después se viste la ropa interior hecha de un molde autorizado en otra ceremonia. Esta es la prenda de ropa que llevan todos los mormones devotos, en todo tiempo - día y noche, verano e invierno. Se les dice que les será escudo y protección contra el poder del destructor hasta que se termine su trabajo en la tierra. Muchos mormones han testificado acerca de la protección recibida, tanto física como espiritual.
Por esto, en territorio mormón, los que no son mormones (los gentiles) se refieren a veces a esta ropa llamándola “armadura mormona” o “calzoncillos a prueba de bala.” La ropa original era larga con cuello grande. Pero los estilos han cambiado y esa ropa ha sido abreviada mucho. Sin embargo, el presidente José F. Smith dijo en “Improvement Era” 9:813, de agosto de 1906: “El Señor nos ha dado ropas para el sacerdocio mayor, y ustedes saben qué significa eso. Y hay algunos de nosotros que las mutilan, para que sigamos las prácticas necias, vanas, y (permítanme decirlo) indecentes, del mundo. A fin de que esas personas pueden imitar la modas, no titubean en mutilar aquello que debe conservarse como lo más sagrado del mundo, después de su propia virtud, después de su propia pureza de vida. Deben guardar estas cosas que Dios les ha dado como sagradas, sin cambiari ni alterar el mismo molde que Dios les entregó. Tengamos el valor moral de mantenernos firmes contra las opiniones de la moda, especialmente donde la moda nos obligue a romper un pacto, y cometer un pecado muy grave.”
Aparentemente los líderes SUD no tenían el “valor moral de mantenerse firmes contra las opiniones de la moda”, porque esa ropa interior ha sido modificada bastante. Pero la prenda más corta no cabe debajo del taje de baño “bikini”, y por esto, muchos mormones se las quitan por breves períodos. Años atrás, los mormones fieles no dejaban esa ropa en ningún momento. Aun mientras se bañaban o se cambiaban, se paraban o se sentaban en ella para seguir en contacto con su poder protector.
Cuando el individuo se viste esta ropa en el templo, se le da un “nuevo nombre.” Luego regresa a su armario y se quita el “escudo” y se viste con la ropa del templo que alquiló o compró. La ropa del hombre incluye camisa, pantalón, cinturón, calcetines, corbata y mocasines ... Más tarde se pone un delantal tipo “hoja de higuera”, una túnica y una gorra.
Cuando la mujer se ha puesto su ropa interior, se quita su “escudo” y se viste con un fondo, vestido, medias y mocasines. Más adelante se pone un delantal tipo “hoja de higuera”, una túnica y un velo. Toda la ropa es blanca, menos el delantal que es verde. Cuando se han vestido, se unen con varios otros en el “cuarto de la creación”, donde escuchan a Elohim, Jehová y Miguel que discuten la creación del mundo. Luego siguen a “Adán y Eva” al cuarto llamado “huerto de Edén”, donde hacen su primer juramento.
En la ceremonia de dotación hay tres juramentos muy similares. El primero dice: “Yo (piensa en tu nuevo nombre) hago pacto y prometo que nunca revelaré la primera muestra del sacerdocio aarónico, junto con su nombre, señal y pena acompañantes. Antes de hacerlo, dejaría que me quiten la vida.” Mientras se repite este juramento, se mueve el pulgar de la mano derecha rápidamente desde debajo de la oreja izquierda sobre la garganta, indicando así el tipo de muerto indicada en el juramento.
En los otros dos juramentos, se hace un movimiento a través del pecho y a través de las entrañas respectivamente.
Del “cuarto del huerto” el grupo va al “cuarto telestial”, que representa el cielo más bajo. Aquí se les dice que los predicadores son empleados de Lucifer y que ejercen el ministerio por el dinero. Después, pasan al “cuarto terrestre” donde hacen votos de castidad y consagración, y aprenden otra forma del apretón de manos, etcétera. En este punto, todos van a parase delante del velo que les admite al “cuarto celestial”, que representa al cielo más alto.
Para poder entrar, tienen que repetir los “cinco puntos de compañerismo” a alguna persona detrás del velo. Los cinco puntos son: 1) al lado interior del pie derecho, 2) rodilla contra rodilla, 3) pecho a pecho,4) mano ala espaldas, y 5) boca a oído. Cuando se les pronuncia el nuevo nombre en voz baja a través del velo, y se les da el apretón correcto de manos (la marca segura de clavo), pasan por el velo al “cuarto celestial.” Después de estas dotaciones, la pareja puede casarse o ser sellada por toda la eternidad.
Los mormones fieles no hablan de los ritos de templo porque han jurado, bajo pena de muerte, a no hablar de ellos. Y la iglesia SUD no publica esta ceremonia, para que no sea profanada por los gentiles. Pero los que eran mormones en otros tiempos, mutuamente desconocidos, relatan la misma historia. Por esto, es bastante creíble aunque se ha modificado a través de los años. Los SUD no pueden demostrar que tales ceremonias eran parte del evangelio de Cristo, y por eso, caen bajo la condena de Gálatas 1:8,9. Además, siendo el LM “la plenitud del evangelio” (DC 20:9,27:5, etcétera) y porque no habla de tales ceremonias, éstas no deben formar parte de la plenitud evangélica. En realidad, el LM dice en Eter 8:19: “el Señor no obra por medio de combinaciones secretas.” Pero los ritos de templo SUD se guardan como secretos de todos, menos de los mormones más fieles.
En Juan 18:20 Jesús también declaró: “nada he hablado en oculto.” De manera que si los SUD realmente siguen el ejemplo del Señor como ellos pretenden, no debe haber ritos secretos en el templo. Tales ritos excluyen hasta a los padres que no son SUD, de asistir al casamiento de un hijo o hija que se haya unido a la Iglesia SUD.
Con respecto al matrimonio celestial en el templo, escribió el apóstol Juan Widtsoe: “Puede haber varias maneras de considerar el matrimonio eterno: Dos personas vivientes pueden ser selladas la una con la otra por tiempo y eternidad. Un hombre viviente puede ser sellado para la eternidad con una mujer muerta; o una mujer viviente con un hombre muerto. Dos muertos pueden ser sellados el uno con el otro. Es posible también, aunque la iglesia no lo permite actualmente, sellar a dos personas vivientes solamente para la eternidad, sin tener ninguna relación aquí en la tierra. Además, según el mandamiento divino dado al profeta José Smith, es posible que un hombre sea sellado con más de una mujer para tiempo y para eternidad. Así comenzó el matrimonio plural entre los Santos de los Últimos Días” (ER, p. 340).
Aunque la mayor parte de los mormones no practican la poligamia hoy, se calcula que unos 30,000 o más viven en esta relación (véase Ladies Home Journal, junio de 1967). Los mormones fieles admiten creer en la poligamia, pero sin practicarla, porque la prohibe la declaración de Woodruff, o declaración oficial, al final de DC. Un escritor popular mormón, Juan J. Stewart, dice: “La iglesia nunca ha renunciado esta doctrina y ciertamente nunca la renunciará . La revelación sobre el matrimonio plural sigue siendo una parte íntegra de la escritura SUD, y siempre lo será” (Brigham Young and His Wives, p. 14). Se refiere a DC 132 en la edición actual. En ER, p. 393, Widtsoe explica la razón por la poligamia: “En el mundo espiritual, hay un número inmenso de espíritus que esperan su descenso a la mortalidad para con seguir cuerpos terrestres como medio de progresión. Estos espíritus que todavía no han nacido, desean el mejor abolengo posible. Los que aceptaron el matrimonio plural, eran casi sin excepción, los mejores tipos de la comunidad.”
En JD, Tomo V, p. 22, el presidente Heber Kimball también declaró: “He notado que el hombre que tiene solamente una esposa, pronto comienza a marchitar y secarse, mientras que el hombre que entra a la pluralidad, se ve nuevo, joven y animado.” Dijo también el presidente Brigham Young: “Los únicos hombres que llegan a ser Dioses, o hijos de Dios, son los que entran a la poligamia” (JD, Tomo XI, p. 269). Más tarde dijo Young: “Nunca he predicado un sermón para enviarlo a los hijos de los hombres, que no puedan llamar escritura” (JD, Tomo VIII, p. 95).
Así que la poligamia era una doctrina tan importante que los primeros siete presidente o profetas la practicaron (Brigham Young and his wives, p. 22). El presidente José F. Smith dice en GD, p. 341: “Ningún varón puede ser salvo y exaltado en el reino de Dios sin la mujer, y ninguna mujer puede alcanzar la perfección sin el hombre para guiarla. Les digo la verdad tal como es en el seno de la eternidad: y se la digo a todo hombre en la faz de la tierra: si desea ser salvo, no puede salvarse sin alguna mujer a su lado” (Times and Seasons, 6:955, del 6 de abril de 1845).
Sin embargo, el presidente Heber C. Kimball parece contradecir al presidente Young, diciendo: “Suponga que tengo una esposa o una docena, y ella me dijera ‘no puedes ser exaltado sin mí: y suponga que todas así lo digan, ¿que hay? Ellas nunca afectarán mi salvación ni un ápice. ¿Y de quienes será afectada la salvación? De ellas mismas.” (JD, Tomo IV, p. 209). Se explica más en la misma página, diciendo: “En el mundo espiritual hay un auge de machos y hembras, millones de ellos, y si sigo fielmente todo el tiempo, continuando con el hermano Brigham (Young), iremos al hermano José Smith y le diremos: ‘Aquí estamos, hermano José; estamos aquí solos, ¿no?, sin nada de la propiedad que tuvimos en nuestro estado probatorio, ni los anillos de los dedos.’ Y él no dirá: ‘Vénganse, hermanos míos, y les daremos a cada uno un traje nuevo, ¿Donde están sus esposas?’ ‘Allá atrás’, diremos, ‘no quisieron seguirnos.’ ‘No le den importancia’ dirá José, ‘aquí hay millares de ellas; escojan las que quieran.’”
El matrimonio celestial o eterno de los sexos está en contra de lo que declaró Jesús en Mateo 22:30: “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles están sin casarse, en DC 132:16-17. Entonces, si los hombres no están casados y no pueden casarse en el cielo, sino que serán como los ángeles, ¿cómo puede haber casamiento en la vida resucitada? Los cristianos serán “casados” con Cristo según Romanos 7:4 y Apocalipsis 19:7-8.
Pero José Smith declaró: “Excepto que el hombre y su esposa entren en un pacto eterno y se casen por la eternidad, mientras estén en este tiempo de prueba por el poder y la autoridad del santo sacerdocio, dejarán de multiplicarse cuando mueran; es decir, no tendrán hijos después de la resurrección” (DHC, Tomo V, p. 391). DC 132:4 llama esto “un nuevo y sempiterno convenio.” Ya que los líderes mormones pretenden que Dios, los patriarcas, David, Salomón, Moisés, y aun Cristo mismo vivieron según este convenio, uno puede dudar qué cosa tienen de “nuevo.” (Véase The Seer, pp. 158-159, 172. JD. Tomo IV, p. 50; GTA, pp. 118-119).) Los términos “nuevo” y “sempiterno” también son algo contradictorios. Muchos hombres del Antiguo Testamento tuvieron más de una esposa. Pero nunca ordenó Dios el matrimonio plural. Dios siempre hablaba de la (única esposa del hombre) (Génesis 2:18, 22, 23, Mateo 19:5, 6, Efesios 5:31, 1 Corintios 7:2, Deuteronomio 17:17, I Timoteo 3:2, 12).
2. “Obra genealógica.” Refiriéndose a los matrimonios “sellados” o “solemnizados” en un templo, dice el presidente José Fielding Smith, “Luego es su deber investigar su registro en el pasado tanto como se pueda, y hacer lo mismo para cada unidad. Debe comenzar con su padre y madre y sus hijos, y su abuelo y sus hijos, bisabuelo y sus hijos, y hacer trabajo de la misma manera, haciendo conexión entre cada generación con la que le antecede. Esa es la responsabilidad que cae sobre cada hombre que sea cabeza de familia en esta iglesia” (DS, Tomo II, pp. 206-207).
También declaró José Smith: “La responsabilidad mayor que Dios ha puesto sobre nosotros en este mundo es procurar por nuestros muertos” (EPJS, p. 441). Dijo también, “Los miembros de la iglesia que desatienden este deber en bien de sus parientes muertos, ponen en peligro su propia salvación” (EPJS, p. 232). Por esto, la iglesia SUD opera una de las sociedades genealógicas más sofisticadas del mundo. Hay microfilme de todo este trabajo guardadas en grandes túneles al sudeste de Salt Lake City, en Little Cottonwood Canyon. El presidente José Fielding Smith dijo de este trabajo: “No podemos hacerlo todo en una vez, pero tendremos los mil años del milenio en qué hacerlo. Durante ese tiempo se debe hacer el trabajo a favor de los muertos de los 6000 años anteriores, para los que lo necesiten” (DS, Tomo II, p. 166).
En la página siguiente continuó Smith: “Los que viven aquí en ese tiempo estarán en comunicación diaria con los que han pasado por la resurrección, y vendrán con esta información, los conocimientos que no tenemos y se los darán a los que viven como mortales, diciendo, ‘entren ahora en los templos y hagan este trabajo; cuando acaben de hacerlo, les traeremos otros nombres.’” Así que los mormones piadosos trabajan mucho ahora en estas genealogías, creyendo que las han de terminar durante el milenio, cuando las ordenanzas salvadoras se celebrarán en favor de los muertos.
En Deseret News, sección eclesiástica, del 7 de enero de 1967, p. 14, se les dijo a los SUD que “un año debe pasar después de la muerte de alguien antes que pueda celebrarse ninguna ordenanza.” Esto fue hecho para eliminar la duplicación y confusión que ocurría con frecuencia, aun antes de que fuese enterrado el cadáver. Los mormones celosos celebran millones de ordenanzas a favor de parientes muertos cada año. Pero 1 Timoteo 1:4 advierte: “ni presten atención a fábulas y genealogías interminables ... y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho” (Véase Tito 3:9).
3. “Bautismo por los muertos.” El propósito de todas las genealogías es para que puedan proveer ordenanzas selladoras por poderes, bautismo, ordenación y dotaciones para sus parientes muertos y así ayudar a exaltarlos o salvarlos. Los SUD usan 1 Corintios 15:29 para demostrar que su concepto del bautismo por poder, es bíblico. Pero el tema principal de Pablo en 1 Corintios 15 no era el bautismo por los muertos, sino “la resurrección del cuerpo.” En el v. 29 no da ningún mandamiento para bautizar por poderes, sino que argumenta a favor de la resurrección del cuerpo. La historia indica que sí había sectas que practicaban el bautismo por los muertos. Pablo puede estar refiriéndose a ellos cuando dice: “De otro modo, ¿que harán los que se bautizan por los muertos?” Observemos los cambios de pronombres en el versículo siguiente: “¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora?” Noten que ellos se bautizan por los muertos y nosotros peligramos a toda hora. Pablo no se identifica a sí mismo ni a ningún cristiano con aquellos que se estaban bautizando por los muertos. Pregunta simplemente: “¿Por qué lo hacen si no hay resurrección? Su práctica indica que creen en una resurrección, así como cuando nosotros peligramos por el evangelio, demostramos que creemos en la resurrección.” Con frecuencia los SUD cambian los pronombres para que diga así: “De otro modo, ¿qué haremos los que nos bautizamos por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, nos bautizamos por los muertos?” La verdad requiere que toda escritura se interprete honradamente.
La doctrina SUD del bautismo por los muerto, realmente viene de DC 124:29-39, 127-5-7, 128:1-3 y 17:18. El presidente José Fielding Smith dice en DS, Tomo II, p. 141, “Si el hombre no puede entrar en el reino de Dios sin el bautismo, luego los muertos deben ser bautizados. Pero ¿como pueden ser bautizados en agua por la remisión de pecados? Es fácil entender cómo pueden ellos creer personalmente en Cristo, y aun obtener el espíritu de arrepentimiento. Pero el agua es un elemento de este mundo. ¿Cómo podrían los espíritu ser bautizados en ella, o recibir la imposición de manos para recibir el don del Espíritu Santo? La única manera de hacerlo es por poder, actuando alguien en representación del muerto.”
Sobre este tema, el presidente Wilford Woodruff dijo: “Considero esta parte de nuestro ministerio como una misión de tanta importancia como predicar a los vivos; los muertos oirán la voz de los siervos de Dios en el mundo de los espíritus, y no podrían salir en la mañana de la resurrección, a menos que determinadas ordenanzas sean celebradas para y en favor de ellos en templos edificados para el nombre de Dios. Para salvar a los muertos, se requiere tanto como para salvar a los vivos. Durante los últimos mil ochocientos años, el pueblo que ha vivido y muerto nunca oyó la voz de un hombre inspirado, nunca oyeron un sermón evangélico hasta entrar en el mundo de los espíritus. Alguien tiene que redimirlos, haciendo ordenanzas en favor de ellos en la carne, ya que ellos no pueden ayudarse a sí mismos en el espíritu. Y para que esta obra se haga, necesitamos templos en donde hacerla. Lo que quiero decirles a ustedes, hermanos y hermanas míos, es que el Dios de los cielos no exige que nos levantemos para edificarlos, para que la obra de redención sea apresurada ... Aquí diré, antes de terminar, que dos semanas antes de salir de St. George (estado de Utah), los espíritus de los muertos me rodearon, deseando saber por qué no los redimimos. Dijeron: Ustedes han tenido uso de la casa de dotación durante varios años, y nada se ha hecho para nosotros. Nosotros pusimos el fundamento del gobierno que ahora gozan ustedes, y nunca nos apostatamos de él, pero le seguimos fieles, y éramos fieles a Dios.’ Estos eran los signatorios de la declaración de independencia, y me insistieron durante dos días y noches... En seguida, fui a la fuente bautismal y llamé al hermano McCallister para bautizarme por los signatorios de la declaración de independencia, y por otros cincuenta hombres eminentes, un total de cien. Estos incluyen a Juan Wesley, Colón, y otros. Luego lo bauticé a él por todos los presidentes de los Estados Unidos, con excepción de tres; y cuando su causa sea justa, alguien hará el trabajo por ellos” (JD, Tomo XIX, pp. 228-229).
Tales enseñanzas están en contra del Salmo 49:7 “Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate”. Además, no somos rescatados “con cosas corruptibles” como dice 1 Pedro 1:18. Por eso, debemos preguntar: “¿Son corruptibles los templos hechos por los hombres? ¿Es corruptible el agua? ¿Son corruptibles los hombres que actúan por poder de los muertos?” Si estas cosas son corruptibles, nadie puede ser redimido con ellas. Porque los hombres son redimidos solamente con la sangre preciosa de Jesucristo (1 Pedro 1:18,19).
Afirma el mormonismo que el bautismo es esencial para la salvación, pero que los espíritus no pueden ser bautizados en agua. De manera que este trabajo hecho por poder, es absolutamente necesario para salvarlos. Per el LM enseña que los tres discípulos nefitas que no murieron, bautizaron a los mortales (LM, III Nefi 28:18). ¿Le hubiera sido más difícil que un mortal bautizara a un espíritu, que lo fue para el Espíritu del Señor bautizar a Adán? (PGP, Moisés 6:64-65). ¿Y por qué no podía el Espíritu bautizar a los espíritus, si pudo bautizar a un mortal? Además, dice el presidente José Fielding Smith en DS, Tomo I, p. 135: “Los que entran al mundo espiritual, teniendo el sacerdocio de Dios, enseñan a los muertos el evangelio eterno en aquel mundo espiritual, y cuando los muertos están dispuestos a arrepentirse y, a recibir esas enseñanzas, y la obra está hecha para ellos, aquí, vicariamente, tienen el privilegio de salir de su prisión para encontrar su lugar en el reino de Dios.”
¡Aparentemente la “autoridad sacerdotal” para bautizar e imponer los manos se pierde con la muerte! Lo único que pueden hacer los predicadores SUD en el mundo espiritual, es predicar; mientras que los mortales pueden bautizar, ordenar, etcétera. ¿Es esto la “progresión eterna”? De todas maneras, uno puede dudar por qué es tan importante, ya que Moroni 8:22-23 en el LM, dice: “Porque he aquí, todos los niños pequeñitos viven en Cristo, así como todos aquellos que están sin ley; por tanto, el que no has sido condenando, o el que no está bajo condenación, no puede arrepentirse; y para tal el bautismo de nada sirve; antes es una burla a los ojos de Dios, porque se niegan las misericordias de Cristo y el poder de su Santo Espíritu, y se fía en obras muertas.”
A pesar de esto, los SUD rechazan la doctrina bíblica de la justificación por fe (Romanos 3:28, 5:1, etcétera) en la obra vicaria (representativa) de Jesucristo (1 Corintios 15:3, Romanos 5:6-8). Dice DS, Tomo II, p. 140: “La doctrina de ‘fe solamente’ niega la justicia de Dios.” En AF, pp. 118 y 480, Talmage llama la justificación por la fe, una “doctrina perniciosa” y un “dogma sectario.” Creen los SUD que ellos pueden obrar por los muertos, y que ellos lo pueden aceptar por la fe en el mundo espiritual después de la muerte (véase DS, Tomo II, p. 135). Pero cuando Cristo ofrece la vida eterna libremente por la gracia y por fe ahora, los SUD la rechazan diciendo que ¡tienen que obrar para ganar su propia salvación! En verdad, “ el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo” (2 Corintios 4:4).
En AF, p. 168, dice Talmage que podemos ser “salvadores vicarios” de los muertos. Pero si eso es verdad, Jesucristo no es el único mediador entre Dios y los hombres, como afirma en 1 Timoteo 2:5. Además, dice Hebreos 9:27: “está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.” En ninguna parte enseña la Biblia que hay una segunda oportunidad de salvarse después de la muerte. Enseña, más bien: “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación” (2 Corintios 6:2).
Los SUD usan 1 Pedro 3:19, 20 para apoyar su doctrina de salvación para los muertos. Dice allí que Cristo “predicó a los espíritus encarcelados”, pero no dice que les predico el “evangelio.” Ni dice el texto que ninguno de los espíritus fue salvo por medio de esa predicación, ni que nadie fue bautizado por ellos. El que saca tal cosa de este texto, tergiversa su enseñanza verdadera. El texto parece indicar que la predicación de Cristo fue la proclamación de juicio contra ellos.
Pero los mormones usan también 1 Pedro 4:6 para enseñar la salvación para los muertos. Dice: “Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos.” Observemos el tiempo del verbo: dice que el evangelio ha sido predicado a los que ahora son muertos. Si los SUD hacen obra “por poder” de los paganos, es una “burla” y son “obras muertas”, según Moroni 8:22-23 en el LM. Por otro lado, los que tenían la ley y la rechazaron, no merecen que se les haga obra “por poder” según el presidente José Fielding Smith, en DS, Tomo II, p. 184: “El trabajo hecho a favor de los muertos, no fue diseñado para aquellos que tuvieron toda oportunidad de recibirlo, a quienes se les enseño, y quienes luego lo rechazaron, o que no tuvieron suficiente interés para poner atención en estas ordenanzas mientras vivían.” Si el bautismo “por poder” no se necesita para los que estaban sin ley, y no fue diseñado para los que sí la tenían, ¿para quiénes se hace tal trabajo? La realidad es que los misioneros mormones, que recorren “mar y tierra para hacer un prosélito” (Mateo 23:15) pierden su tiempo si van a la gente “sin ley” ya que esas personas ya “viven en Cristo” según Moroni 8:22.