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"Todo Está Bien" — Creando Una Apariencia
Así como el nivel de exposición al tema de los Papiros de José Smith varía entre los Santos de los Últimos Días, así también sus respuestas a la controversia. La mayoría sabe poco sobre ello, algunos han pasados por unos conflictos, sin embargo prefieren no pensar sobre ello, y algunos otros se encuentran considerando una o más de las aproximaciones "intelectuales" previamente discutidas. Es interesante que parece importar poco a la creencia mormona en cuál de estas categorías cae el miembro individual.
La simple ignorancia de todo el asunto de los papiros ayuda a perpetuar la comprensión tradicional de los orígenes del Libro de Abraham. Por otro lado, la confusión puede ser un medio altamente efectivo para prevenir que las preguntas se vuelvan demasiado críticas cuando se encuentren los problemas. Una persona que encuentra demasiado confuso algún tópico, con frecuencia suspenderá el juicio y se conservará creyendo en lo que espera sea verdadera. Con el tiempo, sus preguntas pierden urgencia y, aunque no son resueltas, dejan de ser molestas. También confiar en un sistema ayudará a sostener a una persona en medio de la confusión, hasta que llegue al punto en que ya no le importe si una respuesta es razonable o no, o si verdaderamente existe una respuesta.
No es sorprendente entonces que la Iglesia SUD enfatiza fuertemente la absoluta necesidad de confiar en su sistema y liderato. Por ejemplo, los miembros son enseñados que orar para conocer la veracidad de un asunto1 es una manera más segura para determinar su validez que el examen concienzudo de las pruebas. Pero al hacerlo así, la misma evidencia que Dios nos ha proporcionado, para guiarnos a la verdad, puede ser ignorada. Contribuyendo a la confusión está el hecho de que no hay respuesta "oficial" de la Iglesia SUD que dirija los asuntos surgidos por el descubrimiento de los Papiros de José Smith. Ni ha habido nunca. Todas las aproximaciones, teorías y defensas, incluidas las propuestas por Hugh Nibley y otros en las publicaciones de la Iglesia, solamente han sido ofrecidas por la propia iniciativa del autor, y como su propia opinión. (De hecho, las obras de los apologistas mormones incluyen casi universalmente una renuncia para el efecto de que el autor no escribe como vocero oficial de la Iglesia SUD.)
En ausencia de respuestas oficiales de las autoridades SUD, aquellos con preguntas son dejados solamente con los esfuerzos de los variados apologistas para proveerles de soluciones. Bajo estas circunstancias no es sorprendente que sucedan ocasionales contradicciones cuando son usadas una variedad de aproximaciones para dar la impresión de que "todo está bien." Un buen asunto en cuestión es la manera en que el tema de los Papiros de José Smith ha sido tratado en varios de los libros y periódicos SUD.
Los "Libros SUD"
Parece que razón primaria por la que la mayoría de los artículos SUD de naturaleza apologética son escritos, es para pintar, a cualquier costo, un cuadro favorable de la fe mormona — una que es "promotora de fe." La exactitud y credibilidad parecen ser exactamente asuntos secundarios.
Los ejemplos siguientes ilustran técnicas encontradas típicamente en los escritos SUD apologéticos.
"Nada ha cambiado." Esta es la aproximación que, el lector casual de la literatura apologética sobre el Libro de Abraham, más probablemente encuentre. Está calculada para crear la impresión de que los puntos de vista tradicionales permanecen intactos, casi como si la colección de papiros del Metropolitanos jamás hubiesen sido descubiertos, y como resultado jamás hubiesen surgido preguntas o problemas.
Esta técnica es común especialmente en los libros populares, no académicos, que pretenden dar una visión favorable del mormonismo. Generalmente estos libros contienen una gran cantidad de paja, pero poca sustancia, y con frecuencia están marcados por serias inexactitudes y tergiversaciones, como también la omisión de detalles controvertidos. La mención específica de material nuevo a propósito para retar las percepciones tradicionales es cuidadosamente evitado, y las obras antiguas pasan por revisiones menores o ninguna.
Un ejemplo excelente de esto es el libro Los Santos de los Últimos Días: Una Historia Contemporánea de la Iglesia de Jesucristo, por William E. Berrett (Deseret Book Company, 1985). En el capítulo 12, "Vienen Otras Escrituras," Berrett discute "El Origen del Libro de Abraham":
En julio de 1835 José Smith llegó a la posesión de algunos registros antiguos, el valor de los cuales aun no es completamente apreciado.
Por 1828 un explorador francés llamado Antonio Sebolo obtuvo permiso para hacer cierta excavación en Egipto. Tres años después, habiendo obtenido la licencia apropiada, empleó a 433 hombres y comenzó a excavar una catacumba o tumba cerca del sitio de la antigua Tebas. La tumba contenía varios cientos de momias, de las cuales Sebolo tomó once, aún en el féretro. De vuelta a París, llegó a Trieste, donde murió después de breve enfermedad. Las momias fueron heredadas a un sobrino llamado Michael Chandler, quien vivía en Filadelfia, Pennsylvania. Unos dos años después Chandler tomó posesión de ellas en Nueva York. Cuando abrió los ataúdes, se decepcionó al no encontrar joyas u ornamentos preciosos. Pero pegado a dos de los cuerpos había rollos de lino bien preservados, y dentro de estas cubiertas había rollos de papiro con un registro perfectamente preservado en caracteres negros y rojos cuidadosamente formados. Cuando no pudo encontrar a nadie en Nueva York que pudiera traducir los caracteres, Chandler comenzó a viajar por el país con las momias. El 3 de julio de 1835, llegó a Kirtland, Ohio, donde buscó una entrevista con José Smith quien, se le había dicho, pudiera ayudar a traducir los caracteres (op. cit., p. 105).
De hecho casi cada declaración de lo anterior, aunque adaptadas directamente de las páginas de la Historia de la Iglesia de Roberts, son totalmente inexactas. Este material en esencia está sin cambio desde su aparición en 1961 en el libro de Berrett, La Iglesia Restaurada (que durante muchos años se usó como libro de texto en el Seminario SUD). Esto pese al hecho que durante veinte años ha sido bien conocido entre los investigadores e historiadores SUD que el nombre del explorador era Lebolo, no Sebolo (un error creado originalmente hace mucho tiempo por alguien que confundió una "L" manuscrita por una "S"); que era un piamontés (italiano) autorizado por medio de una oficina francesa, no un francés; que hizo su excavación en Egipto por los 1820’s, no en 1831; y que murió no en Trieste, sino en su casa en Castellamonte en 1830.2 Los investigadores genealógicos SUD hace mucho admitieron que no parece existir registro de una conexión familiar entre Lebolo y Chandler, y cuando Don Peterson de la BYU reportó su descubrimiento del testamento de Lebolo en 1985, no hizo mención de Chandler o la momias.
Aunque estos errores son periféricos y no tienen relación real sobre la verdadera identidad de los papiros de José Smith, la falla de Berrett al no corregir los errores en su libro cuando hubo disponible información más exacta, señala una tendencia de algunos escritores SUD al insistir en mantener una visión de las cosas exactamente como "siempre han sido," sin importar si esa visión es correcta. En el único punto aquí que parece presentar alguna importancia es la referencia a "rollos de papiro con un registro perfectamente preservado con caracteres negros y rojos cuidadosamente formados." Pero, de la teoría "El Rollo Perdido Negro y Rojo," ya hemos dicho suficiente. El artículo sigue:
Cuando el Profeta pudo interpretar algunos de los caracteres, Chandler respondió con un certificado ... Después en Kirtland, amigos del Profeta compraron las cuatro momias junto con los rollos de papiro. José Smith, ayudado por W. W. Phelps y Oliverio Cowdery como escribas, posteriormente comenzaron a estudiar idiomas antiguos y a traducir el papiro ... parecería que bastante de la traducción había sido hecha entes de finales de 1835, pero las dificultades que enfrentaba la Iglesia y el Profeta durante los años inmediatamente posteriores le impidieron completar la obra. Además, ninguna gramática del idioma egipcio había aparecido en América por 1835. Así que los resultados de su trabajo llegaron a ser de lo más notable ...
El Profeta terminó solo una parte de los rollos sobre la vida de Abraham. Uno de los rollos de papiro conteniendo los escritos de José, que fue vendido en Egipto, aparentemente nunca fue traducido lo suficiente para su publicación. La publicación del Libro de Abraham comenzó en el periódico Times and Seasons en marzo de 1842 en Nauvoo, Illinois, junto con facsímiles de ciertas porciones del papiro" (Ibid., p. 105-107).
Todo esto es un punto de vista muy tradicional en el que se asume una traducción directa desde un registro físico que podría haber estado sobre una mesa o llevado en la mano, no algunas impresiones intangibles recibidas al ver un rollo en una visión o alguna cosa así. Y en tanto que la frase "rollos sobre la vida de Abraham" puede ser entendida por los tradicionalistas ingenuos como algo que en realidad fue escrito por Abraham "por su propia mano, sobre papiro," tal interpretación no es obligada. Un lector que sabe algo de las teorías que intentan ocuparse del primer siglo de la fecha del Papiro José Smith I puede interpretar esto como dando a entender algo que fue escrito sobre papiro, después de la vida de Abraham, por alguien más. El autor no proporciona información que aclare el tema o recalque uno u otro punto de vista.
Berrett hizo una concesión al redescubrimiento de 1967 de los Papiros de José Smith. En 1961, se lee una declaración en La Iglesia Restaurada:
Por años después de la publicación de los facsímiles, los documentos originales permanecieron en existencia. Eran considerados como propiedad de la familia Smith y, después del martirio del Profeta, fueron retenidos por su esposa, Emma. Después ella los vendió a un museo en St. Louis, desde donde tomaron su camino al Museo de Chicago. En el gran incendio de Chicago, el museo fue totalmente destruido y con él los preciosos manuscritos antiguos. (p. 107, ed. 1969)
En el libro de 1985, Los Santos de los Últimos Días, este material fue colocado al final del libro, como nota al pie y se cambió para leerse:
Por años después de la publicación de los facsímiles, los documentos originales permanecieron en posesión de la familia de José Smith. Después de la muerte del Profeta, fueron retenidos por su viuda, Emma. Después ella los vendió a un museo en St. Louis, y posteriormente encontrados en el Museo de Chicago. En el gran incendio de Chicago de 1871 el museo fue destruido, como lo fueron la mayoría de los preciosos manuscritos antiguos que albergaba (p. 395, ed. 1985).
Es notable lo que el autor deja sin mencionar aquí. Si sus lectores van a saber que algunos de los papiros de José Smith sobrevivieron, que han sido descubiertos, y que desde entonces han llegado a ser una fuente de controversia, no lo harán por medio del libro de Berrett.3
Los Santos de los Últimos Días de ningún modo es un ejemplo único de este tipo de presentación, ni lo es el reciente fuerte énfasis de la Iglesia al promover tal literatura incidental.
No hace mucho, ciertas Autoridades Generales, en particular el Apóstol Boyd K. Packer, criticaron a un número de escritores e historiadores mormones prominentes por lo que llamaron una "lealtad exagerada a la teoría de que debe ser dicho todo."4 Packer sentía que una aproximación objetiva a la Historia de la Iglesia "inconscientemente puede estar dando "igual oportunidad’ al adversario" ya que "puede ser leído por aquellos que no están suficiente maduros para la "historia avanzada,’ y un testimonio en estado de germinación puede ser aplastado."5 El Elder Packer fue adelante para insistir que el papel de los historiadores mormones debe ser principalmente para demostrar y afirmar que "la mano del Señor [ha estado] en toda hora y cada momento de la Iglesia desde su principio hasta ahora." En efecto, se les dijo a los escritores SUD que solamente deben producir una historia adaptada6 que excluya cualquier cosa que no "promueva la fe."
Incluso la moderna Doctrina Mormona, ampliamente respetada, del Apóstol Bruce R. McConkie, continúa ocultando cualquier información que pueda amenazar la simplicidad de un punto de vista tradicional del Libro de Abraham, o conducir a controversia. Publicada por primera vez casi una década antes de que los papiros fueran redescubiertos, la anotación Libro de Abraham, de McConkie, bajo el encabezado Perla de Gran Precio aun no ha sido revisado o actualizado en los veinte años desde su descubrimiento.
Y por supuesto, esta perpetuación de inexactitudes también puede ser encontrada en el prefacio del Libro de Abraham, que todavía dice desde 1878:
EL LIBRO DE ABRAHAM
TRADUCIDO DEL PAPIRO POR JOSE SMITH.
Una traducción de unos anales antiguos que han llegado a nuestras manos procedentes de las catacumbas de Egipto. Los escritos de Abraham mientras se hallaba en Egipto, llamado el Libro de Abraham; fue escrito de su propia mano en papiro.*
"Increíble Nueva Iluminación." Esta es una segunda aproximación disponible a que los apólogos SUD recurren para tratar de defender cosas como el Libro de Abraham. Aquí el escritor se siente totalmente libre para admitir tanta información como para sentirse cómodo para insinuar que el lector ahora ha sido expuesto a una comprensión de asuntos que en primer lugar todos debían haberse dado cuenta. Las exposiciones de este tipo sirven para un propósito doble. Primero, proponiendo una manera en que esta nueva información justifique la creencia en el sistema SUD; segundo, enterrando los temores entre los Santos de los Últimos Días que nadie en la Iglesia debe preocuparse por tal información.7 Después de todo, muchos razonarán, si "las mejores mentes en la Iglesia" han resuelto los asuntos y no muestran preocupación, ¿por qué deben hacerlo los miembros promedio?
Los mejores ejemplos de esta técnica pueden ser vistos en los libros y artículos que han salido como resultado de las "aproximaciones intelectuales" discutidas anteriormente. Como se ha mostrado, estos autores pueden tomar posiciones ampliamente divergentes o aun contradictorias, y no obstante cada uno es igualmente dogmático. Además, muchos de estos conceptos son tan elaborados y complejos que probablemente muchos lectores son incapaces de juzgar su trabajo o validez debido a que son tan difíciles de entender. Confuso, el lector solamente puede echar mano de su confianza en el sistema.
Por ejemplo, muchos Santos de los Últimos Días tienen especialmente un gran respeto por los escritos de Hugh Nibley, y están impresionados con su estilo directo, pragmático. Sobre el tema de los Papiros de José Smith, Nibley ha sido especialmente prolífico, estableciendo sus posiciones y pronunciamientos en las páginas del Improvement Era, Diálogo y Estudios de BYU, publicando también otros numerosos artículos, libros y conferencias sobre ellos, en un periodo de muchos años. Probablemente hay pocos Santos de los Últimos Días que presumirían de cuestionar sus conclusiones, que invariablemente eran favorables para la Iglesia, sin embargo esto es exactamente lo que hizo finalmente Edward H. Ashment del Departamento de Traducción de la Iglesia.
En un artículo de dieciséis páginas en la edición de diciembre de 1979 de la revista Sunstone, Ashment refutó, punto por punto, académicamente en detalle, la mayor parte de los argumentos más básicos del Dr. Nibley en la defensa del Libro de Abraham durante años. En varias de las áreas principales, como la cuestión de la condición de daño de los papiros en el tiempo de Smith, el material erróneamente restaurado tanto en el Facsímil No. 1 (vea p. 101, 102) y el Facsímil No, 2 (vea p. 104-108), y la relación de Smith con el material del Alfabeto y Gramática Egipcia, las admisiones francas de Ashment se unen de frente con los cargos que los críticos del Libro de Abraham han asestado durante la controversia.
En su respuesta al artículo de Ashment en la misma edición del Sunstone, el Dr. Nibley no solamente fue forzado a admitir que había estado en un error, sino que declaró:
"Rehuso a ser considerado responsable por cualquier cosa que escribí hace más de tres años. Por amor de dios, espero que avancemos de aquí. Después de todo, la implicación que un error y todo está acabado; qué halagador pensar que en cuarenta años no he dado ningún resbalón y que ¡todavía estoy en el negocio! Diría que cuatro quintos de todo lo que he apuntado ha cambiado, por supuesto."8
Desafortunadamente, este irónico reconocimiento probablemente fue leído solamente por una fracción de aquellos que leen los artículos de Nibley en el Improvement Era. La revista Sunstone es solamente una de un puñado de publicaciones con orientación SUD que han tratado de discutir la controversia del Libro de Abraham con alguna profundidad. Sin embargo, tales publicaciones generalmente son leídas solamente por los intelectuales de la Iglesia. Los resultados controversiales que surgen rara vez son encontrados por el promedio de los Santos de los Últimos Días debido a su limitada circulación.
La técnica "Arenque Rojo." Esta es la tercera, y el método más ampliamente usado que han empleado los apologistas para responder a las dificultades de los papiros. Es una táctica de distracción que consiste en enfocar la atención en asuntos periféricos para "quitar la esencia" del problema real (como un arenque es arrastrado por el rastro de una zorra para distraer a los perros que la siguen, y guiarles por una pista falsa).
Mucho de lo escrito por el Dr. Nibley sobre el tema de los papiros del Libro de Abraham emplea la estrategia del "arenque rojo." Ejemplos buenos incluyen sus primeras series de artículos del Improvement Era apoyando la teoría "Cualquier Conexión Egipcia" y más recientemente su énfasis en la teoría "De Cualquier Manera, Realmente Nadie Entiende el Egipcio." El intento básico de estos artículos es alejar al lector de la dañina evidencia y llevarlo a asunto sin consecuencia. Para el novicio, sus esfuerzos parecen haber sido completamente exitosos; hacia los profesionistas, algo menos.
Otro buen ejemplo de la técnica "arenque rojo" se encuentra en el libro de 1981 de Robert L. y Rosemary Brown titulado They Lie in Wait to Deceive [Acechan Para Engañar] (Brownsworth Publishing Co.). A los pocos años de su aparición se ha convertido en un verdadero soporte para los obispos, misioneros, líderes del sacerdocio, maestros orientadores y cualquiera que necesite una "respuesta" rápida, simple para los complicados problemas de la controversia de los papiros.
Anunciado como "un estudio del engaño anti-mormón," They Lie in Wait to Deceive se propone contar la "sorprendente historia de cómo el ‘Dr.’ o ‘Prof.’ Dee Jay Nelson, Jerald y Sandra Tanner, y otros anti-mormones trabajan para obstruir y distorsionar la verdad."9 En realidad, la obra se enfoca en las series de falsas afirmaciones y representaciones hechas por Dee Jay Nelson durante los años que dio conferencias contra la autenticidad del Libro de Abraham. Muestra que usó una base fraudulenta de información para promoverse, incluyendo un Ph. D.* (un certificado comprado a una "fábrica de diplomas"** por ciento noventa y cinco dólares). Nelson es presentado correctamente como un oportunista de carácter cuestionable, empeñado en explotar la vulnerabilidad de la Iglesia SUD sobre los papiros del Museo Metropolitano en su propio provecho. Otros, especialmente los Tanner, también son condenados por su participación en promover las conclusiones de Nelson, dando así legitimidad a su reputación.
Como exposición de Nelson, esta obra parece ser tanto apropiada como recomendable. Ahora está bien establecido que Nelson hizo una cantidad de declaraciones falsas y engañosas sobre sí mismo durante un periodo de varios años. Esto fue muy desafortunado, porque al hacerlo, no solamente explotó la debilidad de la posición mormona, para una ganancia personal, sino que también tomó ventaja de la buena fe de una gran cantidad de gente que había llegado a respetarle, incluyendo un gran número de no mormones y ex mormones. Sin embargo, los Brown no se detuvieron con simplemente exponer a un impostor. Continuaron para tratar de establecer un tipo de "conspiración anti-mormona," en que "mentiras, engaños, verdades parciales y tergiversaciones" eran las herramientas principales usadas cuando se hacía un reto relacionado con la validez del Libro de Abraham.10 Además, (y aquí está el arenque rojo) hacen que parezca que todo el caso contra el Libro de Abraham depende del trabajo y afirmaciones de un falso Dee Jay Nelson, con lo cual alejan la atención de los hechos verdaderos del caso. Por ejemplo, escriben:
Los mormones y no mormones por igual necesitan estar conscientes de las tácticas usadas por el adversario ... Este libro contiene una investigación cuidadosa de las credenciales fraudulentas del ‘Dr.’ y ‘Prof.’ Dee Jay Nelson, ‘Egiptólogo Mundialmente Renombrado’, el más abierto adversario del siglo del Libro de Abraham (y así de José Smith) ... Nelson desde hace mucho ha sido el testigo No. 1 contra el Libro de Abraham, de acuerdo a Jerald y Sandra Tanner, Walter Martin y otros líderes en el movimiento anti-mormón (Prefacio, p. i).
Y:
Este hombre, Dee Jay Nelson ... ha estado activamente ocupado perpetrando sus credenciales falsas e historias falsas contra el Libro de Abraham ... Su denuncia del Libro de Abraham está citada extensamente en casi todos los libros anti-mormones (Introducción, p. iii).
Y:
Pronto llegó a ser obvio para este autor, que Jerald y Sandra Tanner tienen todo que ganar al echar a Dee Jay Nelson al frente en lo que respecta al Libro de Abraham ... [esto es seguido por algunas especulaciones de Brown de cuánto dinero ganan los Tanner]. ¿Es esta la razón de por qué los Tanner no estaban ansioso de exponer a Nelson, su testigo No. 1 contra el Libro de Abraham? (p. 162)
Y:
¿Creen que pueden encontrar la verdad sobre la iglesia mormona preguntándole a gente como Dee Jay Nelson o Jerald y Sandra Tanner? Si lo creen, ¡no han comprendido el verdadero sentido de este libro!(p.172)
Así que, de acuerdo al pensamiento de Brown, si Dee Jay Nelson puede ser desacreditado, entonces todo el expediente de evidencia contra el Libro de Abraham debe ser sellado "caso cerrado" en cuanto a lo que concierne a cualquier mormón. Si un hombre desacreditado ha atacado al Libro de Abraham, entonces el Libro de Abraham es una obra acreditada.
El defecto de tal razonamiento es obvio. Por principio, el "caso contra el Libro de Abraham" no es algo "descubierto" o "establecido" por Nelson. Fue lanzado mucho antes que los papiros del Metropolitano hubieran surgido, y la dirección básica de los cargos han cambiado poco desde la crítica del tiempo de Deveria, cuando el estudio de la egiptología avanzó hasta el nivel en que los propios dibujos de José Smith pudieron ser leídos y mostraron no tener relación con su traducción.
Más aún, los hallazgos reales relacionados con los papiros—qué eran, cuándo y por qué habían sido escritos, y qué decían — que Nelson reportaba, no eran simplemente sus propias opiniones o conjeturas. Siempre que gente calificada ha estudiado los papiros, incluyendo expertos indiscutibles como Baer, Wilson y Parker, siempre han llegado a las mismas conclusiones que Nelson. Sin embargo, puede haberse tergiversado a sí mismo, queda el hecho que la identificación de Nelson de los papiros fue totalmente correcta y sus descripciones razonablemente exactas.
No fue Nelson el responsable de emplear la información de los papiros al tema de la cuestionable autenticidad del Libro de Abraham. Este empleo era universal e inevitable. Durante la controversia en 1912 el Dr. Albert Lythgoes había comentado sobre la conveniencia de examinar el papiro original,11 el año siguiente el apologista SUD John Henry Evans había insistido que el papiro original tendría que estar disponible antes que los académicos o los críticos "estuvieran justificados al decir que todo el Libro de Abraham no fue correctamente traducido."12
Entonces, Dee Jay Nelson no creo los argumentos que se usan para desafiar la autenticidad del Libro de Abraham, ni su trabajo había sido, de ninguna manera, una parte exclusiva de ese desafío. Lo que sí hizo fue usar el caso contra el Libro de Abraham como tribuna para ganarse atención, y en el proceso hacer afirmaciones infladas y falsas sobre sus credenciales. Esto es totalmente diferente de lo que los Brown retratan; han tratado de mostrarlo usando sus falsas afirmaciones y credenciales para dar credibilidad al caso presentado contra el Libro de Abraham.
Pero, ¿qué de la cuestión real, es decir, la credibilidad del mismo Libro de Abraham?
Solo se hizo un esfuerzo mínimo, por los Brown, en su libro para resolver lo que llaman "la verdad sobre el Libro de Abraham," y aun esto es hecho para retroceder un poco a uno de los escritos más populares de Hugh Nibley sobre el tema. De esta manera su "verdad" resulta ser nada más que un refrito actualizado de la teoría "El Escriba lo Hizo," seguida por la teoría del "Rollo Negro y Rojo Perdido."13 ambos puntos de vista hacía mucho que habían caído en descrédito, aun antes que el libro de los Brown fuera publicado.
De hecho, en algunos casos los Brown han mencionado obras en las que al, menos una de las teorías antes mencionadas, se ha demostrado claramente que estaban basadas en suposiciones falsas, aunque parecen no estar conscientes de ello. El libro de H. Michael Marquardt, Papiros Encontrados del Libro de Abraham, por ejemplo, que está en la lista, de la contraportada del libro de los Brown, entre "algunas publicaciones anti-mormonas que han apoyado a Dee Jay Nelson," contiene una clara refutación (p. 1, 2) de la premisa sobre la que el Dr. Nibley desarrolla su teoría del "Rollo Negro y Rojo Perdido" (vea p. 129-134 de este libro *). Todavía los Brown, que aparentemente no habían leído los mismos libros que ponían en la lista, habían preferido seguir ciegamente a Nibley en este error, aceptando sus escritos como hecho incondicional.
Hay una sorprendente cantidad similar de ejemplos. En un punto es proporcionada una lista de cinco obras SUD para "iluminar al lector sobre el tema del Libro de Abraham":
Los Brown previene al lector que los mencionados "son libros académicos y con buenas referencias. Parece que los académicos no escriben en forma fácil, de novela. Por lo tanto, el precio para hallar la verdad sobre el Libro de Abraham puede ser leer y estudiar estos libros más de una vez."14
Este es un buen consejo, pero uno bien podría preguntarse si los Brown lo han seguido ellos mismos. Si así fue, hubiesen sabido que en los dos libros el Dr. Nibley propone teorías que se contradicen una a la otra; que el artículo de Rhodes confirma la identificación del Facsímil No. 2 como un hipocéfalo y no tiene ninguna conexión con Abraham; que los artículos de Hugh Nibley en el Improvement Era (preparados antes cuando, admite, estaba "peleando y discutiendo por tiempo") contienen todos una abundancia de conceptos anticuados y argumentos refutados; que el libro de Vestal-Wallace se apoya firmemente sobre los escritos de Dee Jay Nelson como "autoridad" para ¡ayudarle a apoyar sus puntos de vista!
Es decepcionante encontrar que las gentes que afirman ser investigadores responsables aparentemente no están familiarizado con los libros y artículos que dan como referencias. Es posible que los Brown estuvieran tan convencidos de que su posición era correcta, que sintieron que tales precauciones no serían necesarias.
El fallar en revisar cuidadosamente sus fuentes ha llevado a los Brown a usar las aproximaciones equivocadas y llegar a conclusiones fallidas. Es probable que mucho de esto se deba a la dificultad que tienen para ser objetivos. Su escrito expresa continua y abierta hostilidad hacia cualquiera que amenace su imagen del mormonismo, y con frecuencia esta actitud matiza su comprensión del tema sobre el que escriben. Más que presentar un relato razonablemente completo del uso de credenciales falsas y reclamos exagerados de Dee Jay Nelson, van a los extremo de tratar de desacreditar al hombre desde todo ángulo imaginable. Como resultado de esta aproximación, sus argumentos con frecuencia son seriamente fallidos, incluso hasta el punto de ser refutados por sus propios argumentos en otra parte del libro.
Aunque sus esfuerzos puedan ser desechados por algunos como generalmente desinformados o quizá intencionalmente engañosos, no obstante Robert y Rosemary Brown parecen estar motivados por una sinceridad genuina en su deseo de defender el Libro de Abraham. Sin embargo, también demuestran que no están exentos de usar omisiones, tergiversaciones, errores, verdades parciales y oscurecer los hechos para presentar su caso — el mismo método del que acusan de usar a la "conspiración anti-mormona."
Tristemente, Acechan para Engañar viene a ser una superficial "defensa de la fe" en que se espera que los lectores acepten sus declaraciones a primera vista. Es esta explotación de la confianza del lector la que juega un papel principal establecer la credibilidad de tales obras. Usualmente el libro está apoyado y recomendado por Santos de los Últimos Días que no están familiarizados con los hechos reales detrás de la controversia del Libro de Abraham, una categoría de mormones que parece incluir a una gran cantidad de posiciones de liderazgo en la Iglesia, incluyendo a Obispos, Presidentes de Estaca, Instructores de Seminario e Instituto SUD, etc.15
Debido a su extendida influencia entre los Santos de los Últimos Días, algunas de las acusaciones y afirmaciones encontradas en Acechan para Engañar, merece ser examinado con mayor detalle que lo que puede hacerse aquí. Una revisión de estos temas puede encontrarse en el Apéndice de este libro.
Una Demostración Promotora de la Fe en BYU
Además del uso de fuentes publicadas, también han sido usados otros métodos para llevar a la impresión de que "todo está bien" en relación con el asunto del Libro de Abraham-Papiros de José Smith, y que todo ha sido tratado satisfactoriamente en cuanto a lo que concierne a la Iglesia.
Demostraciones promotoras de la fe, similares a la mostrada adelante y en las siguientes páginas, son un lugar común en el campus de la Universidad Brigham Young.
La exhibición Perla de Gran Precio en la BYU en 1983 consistió en una gran vitrina, en cuatro secciones, llenas de fotografías, notas y cartas. Una sección final desplegaba varios libros sobre este tema producidos por varios autores SUD en un periodo de varios años.
La porción más impactante de esta exhibición se ve arriba en el centro de las fotografías, en una comparación del Facsímil No. 1 del Libro de Abraham con el dibujo del Papiro José Smith I, del que fue adaptado. Un espectador casual, especialmente un joven estudiante, no familiarizado con que el Papiro José Smith I representa realmente (un común texto funeral pagano, fechado por el tiempo de Cristo) no puede más que quedar impresionado por los puntos de superficial semejanza. Aquí no se hace mención de los puntos fundamentales de diferencia entre los dos dibujos debido a la incorrecta restauración de José Smith en las áreas faltantes (vea el capítulo 10 de este libro).
En realidad, en la fotografía arriba en esta página, el pequeño dibujo colocado entre el Facsímil No. 1 y el Papiro José Smith I muestra la figura de un jeroglífico (un hombre de pie con ambos brazos levantados) que se tomó directamente de la Gramática Egipcia de Alan Gardiner, y que puede ser interpretado como "oración." Luego el caracter es colocado de lado para semejar a la figura en el Facsímil No. 1, y además es colocada una porción del Libro de Abraham, capítulo 1, versículo 15, en el que Abraham "alza su voz al Señor su Dios." Esto da incorrectamente (aunque, al parecer, intencionalmente) la impresión de que la "traducción" de José Smith debe estar correcta — a pesar del hecho que la figura en el Facsímil No. 1 nunca fue correcto de entrada (vea la discusión del Papiro José Smith I en la p. 16 para más detalles de las discrepancias).
La tergiversación más flagrante hecha aquí se encuentra en la tarjeta de información abajo del Papiro José Smith (vea el acercamiento en la p. 150). La última oración dice: "ÚNICAMENTE UN FRAGMENTO DE LOS ONCE TIENE ALGÚN VÍNCULO OBVIO CON EL LIBRO DE ABRAHAM (I. E. EL ORIGINAL DEL QUE SE COPIÓ EL FACSÍMIL)."
Sin embargo, como se demostró en el capítulo siete, cuando menos hay otro fragmento del Museo Metropolitano que tiene un vínculo muy cercano con el Libro de Abraham, a saber, el Papiro José Smith XI — el texto "Pequeño Sensen." No solamente este fragmento sí conecta directamente al Papiro José Smith I, como se muestra en el cuadro al final de la siguiente página (vea también la foto en p. 33), sino que sus caracteres fueron usados para suministrar las figuras "traducido de" en los tres manuscritos separados de traducción, cuando inicialmente fueron producidos por José Smith y sus escribas. El hecho de esta conexión, entre el Papiro José Smith I y el Papiro José Smith XI, no fue meramente pasada por alto en esta demostración, fue deliberadamente oscurecida. El Papiro José Smith I (el papiro Facsímil No. 1) se muestra solo (como se puede ver en la p. 155) con una leyenda abajo asegurando al lector que es "el único" fragmento de los once con "un vínculo obvio" con el Libro de Abraham
No se proporciona indicación alguna que el fragmento "Pequeño Sensen" (Papiro José Smith XI) se conecta, y es una parte del fragmento Facsímil No.1 (Papiro José Smith I); que de hecho es el origen de los caracteres egipcios de los manuscritos de la traducción del Libro de Abraham. Incluso si los autores de esta demostración fueran a volver a su uso de la palabra "obvio" como una justificación, tales observaciones todavía deben considerarse intencionalmente engañosas.
Sin embargo, el fragmento "Pequeño Sensen" se muestra en esta exhibición. Mire cuidadosamente la fotografía en la p. 158: a la derecha en un estante debajo del prominente, impresionante despliegue del Facsímil No. 1, está una tarjeta mostrando dos fotografías pequeñas de los fragmentos de los papiros. La ampliación de estos dos fragmentos al final de la p. 158 se muestran etiquetados simplemente "PAPIRO SENSEN," con "X PAPIRO GRAN SENSEN" y "XI PAPIRO PEQUEÑO SENSEN" como única identificación o explicación ofrecida para los dos fragmentos.
Otra vez, mire cuidadosamente la foto en la p. 158. Los "Papiros Sensen" no solamente están fuera de escala uno de otro, sino que se muestran en una proporción mucho más pequeña, del fragmento Facsímil No. 1, de lo que realmente son. Más aún, la fotografía usada del fragmento "Pequeño Sensen" está sobreexpuesta, haciendo que su tono, se oscurezca, y toda su apariencia (así como su tamaño) sea muy diferente al fragmento Facsímil No. 1. Parece justo concluir que los productores de la demostración deliberadamente enmascararon la conexión entre el Papiro José Smith I y el Papiro José Smith XI porque era sabido que dañaba la versión de la Iglesia Mormona de cómo produjo José Smith el Libro de Abraham. Desde hace mucho era popular para los escritores Santo de los Últimos Días acusar a los críticos de la Iglesia de recurrir a "omisiones, tergiversaciones, verdades parciales y oscurecer los hechos" — sin embargo estos parecen ser los mismos métodos usados por la Universidad Brigham Young en esta demostración "promotora de la fe."
Por su propio mano en papiro: Lea capítulos 13-14 aquí.